La producción de tabaco en Sancti Spíritus, uno de los mayores productores de Cuba, enfrenta una grave crisis marcada por deficiencias en planificación, falta de insumos y problemas energéticos. Las autoridades provinciales han reducido a la mitad el plan de cosecha, de 2.000 hectáreas de tabaco sol en palo a solo 1.000, según informó el medio oficialista Escambray.

Clemente Hernández Rojas, director de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco, señaló que el cambio en los planes responde a ajustes nacionales en la disponibilidad de insumos. Además, factores como las lluvias en octubre y noviembre retrasaron la siembra, mientras que las dificultades energéticas afectaron a los productores que dependen de sistemas de riego eléctrico.

Aunque se ha sembrado el 62% del plan revisado, el panorama sigue siendo incierto. Según Hernández, "los campesinos buscan alternativas y hacen sacrificios", pero las condiciones actuales, incluidas las plagas y la falta de garantías básicas, ponen en riesgo incluso los objetivos recortados.

La crisis actual no es nueva. Desde septiembre, con el proceso de contratación cerrado, solo se lograron acuerdos para sembrar 794 hectáreas, apenas el 35% del plan inicial. Esto refleja el descontento de los campesinos ante las condiciones ofrecidas por el gobierno, incluyendo bajos pagos en moneda nacional que no compensan los costos de producción.

Isidro Hernández Toledo, director agrícola de la misma empresa, señaló que finalmente se aprobó un pago en MLC (Moneda Libremente Convertible) para incentivar a los productores. Sin embargo, los problemas estructurales persisten: falta de casas de curado, envejecimiento y enfermedad de los vegueros, abandono de tierras, y escasez de fuerza laboral.

A pesar de estos desafíos, el monopolio estatal Habanos S.A. reportó ingresos récord de 721 millones de dólares en 2024, gracias a la exportación de marcas icónicas como Cohíba, Montecristo y Partagás. Sin embargo, las actuales dificultades en la producción hacen improbable que se alcance un éxito similar en 2025.

La situación evidencia una desconexión entre las autoridades y los productores. Mientras el gobierno celebra cifras de exportación, los campesinos enfrentan condiciones que dificultan sostener uno de los sectores más emblemáticos de la economía cubana. La falta de apoyo estructural y la escasez de insumos no solo afectan la producción, sino que también cuestionan la sostenibilidad de este sector en el futuro.

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