Durante la 79ª Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente chileno, Gabriel Boric, abordó la crisis en Venezuela, describiéndola como una dictadura que intenta usurpar las elecciones y que ignora el sufrimiento de millones de ciudadanos en el exilio.

En su intervención, Boric comenzó aludiendo a otros conflictos internacionales, como el de Israel y Hamás, y la invasión rusa a Ucrania, enfatizando que no se debe permitir la normalización de la agresión territorial. Subrayó la necesidad de combatir a aquellos que amenazan la democracia, ya sea a través del autoritarismo o la difusión de noticias falsas.

El mandatario chileno hizo hincapié en la difícil situación política de Venezuela, expresando que Chile sigue de cerca los acontecimientos. "Estamos ante una dictadura que busca robarse una elección y persigue a la oposición, mientras muestra indiferencia hacia el exilio de millones de venezolanos", declaró Boric. Además, resaltó la necesidad de una solución política que reconozca el triunfo de la oposición en el país.

A pesar de su crítica al régimen de Venezuela, Boric también cuestionó las sanciones impuestas por Estados Unidos, afirmando que estas no contribuyen a la resolución del conflicto, sino que lo agravan. "La crisis política está íntimamente ligada a la crisis económica, lo que ha llevado a más de 7 millones de venezolanos a huir de su país", añadió.

El presidente chileno también mencionó que alrededor de 700,000 venezolanos han llegado a Chile en busca de mejores oportunidades, pero advirtió que su país "no está en condiciones de recibir más migrantes". Esta situación plantea un desafío considerable para Chile, que ya enfrenta dificultades económicas y sociales derivadas de la migración masiva.

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