La detención de una cubana de 64 años en Estados Unidos ha generado conmoción entre familiares, activistas y miembros de la comunidad migrante. La mujer, identificada como portadora de un permiso I-220A, fue arrestada por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) tras acudir a lo que debía ser una cita migratoria de rutina. Su caso fue dado a conocer por el periodista Javier Díaz, quien escribió en su perfil de Facebook: “Una cubana de 64 años fue detenida por ICE tras acudir a una cita de rutina. Es I-220A, llegó por la frontera hace 3 años y su hija pide que sea liberada tras llevar más de 45 días en prisión. Fuerza para esta familia.”

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Según declaró su hija, la mujer lleva más de 45 días detenida en un centro de inmigración sin que la familia haya recibido una explicación clara del motivo o del tiempo que podría demorar su liberación. La incertidumbre, afirma, se ha convertido en una pesadilla que agrava la situación de salud y vulnerabilidad que enfrenta una persona de su edad.

Este caso pone nuevamente sobre la mesa la compleja situación de los migrantes cubanos que entraron por la frontera y recibieron un formulario I-220A, un documento que no es un estatus legal ni una vía formal de amparo, sino una orden de supervisión que los deja en un limbo jurídico. Aunque muchos cumplen puntualmente con sus citas y obligaciones, cada encuentro con ICE representa un riesgo real de detención.

En los últimos meses, organizaciones de derechos humanos han denunciado un aumento en las detenciones de portadores del I-220A, especialmente de personas que llevan años en el país y no representan amenaza alguna. Activistas señalan que el trato hacia estos migrantes —en su mayoría cubanos— resulta inconsistente, impredecible y, en ocasiones, desproporcionado.

La familia de la detenida continúa haciendo un llamado urgente a las autoridades y a la comunidad para exigir su liberación, insistiendo en que la mujer no solo ha cumplido con todos los requisitos migratorios, sino que también enfrenta una situación de fragilidad física y emocional.

Por su parte, el periodista Javier Díaz advierte que casos como este seguirán multiplicándose mientras no exista una política clara que regule de manera humanitaria la situación de los miles de cubanos que permanecen bajo supervisión migratoria en Estados Unidos. “Fuerza para esta familia”, concluyó en su publicación, un mensaje que resume el sentir de una comunidad que vive diariamente entre la esperanza y el temor.

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