El piloto de un avión de Turkish Airlines falleció en pleno vuelo, obligando al copiloto a tomar el control y realizar un aterrizaje de emergencia en Nueva York. El vuelo TK003 que partió de Seattle, en la costa oeste de Estados Unidos, y se dirigía a la ciudad turca de Estambul, estaba cruzando el Atlántico cuando el piloto principal sufrió un infarto. Se trataba de Ilçehin Pehlivan, de 59 años. A pesar de los intentos del equipo médico a bordo para estabilizar su condición, el piloto no pudo ser reanimado. El copiloto, quien asumió el control del avión, mantuvo la calma mientras coordinaba el aterrizaje de emergencia.

La tripulación de cabina informó a los pasajeros sobre la situación una vez que el copiloto asumió el control total del vuelo. Según testimonios de algunos pasajeros, aunque la situación era alarmante, la tripulación manejó el incidente con gran profesionalismo, lo que evitó el pánico a bordo.

Este tipo de eventos es extremadamente raro. Las aerolíneas comerciales entrenan exhaustivamente a su personal para enfrentar emergencias, incluyendo escenarios donde uno de los pilotos queda incapacitado. El copiloto realizó una serie de maniobras y, en coordinación con la torre de control de JFK, ejecutó un aterrizaje forzoso sin mayores incidentes.

Las autoridades en Nueva York elogiaron el manejo del equipo de Turkish Airlines. A la llegada, el cuerpo del piloto fue trasladado al hospital para realizar la autopsia correspondiente, mientras que los pasajeros fueron evacuados sin contratiempos. Las causas exactas del fallecimiento aún están bajo investigación, pero se presume que fue un infarto masivo lo que provocó la muerte del piloto. En el sector de la aviación, este suceso ha provocado un debate sobre las medidas de seguridad y la salud de los pilotos, quienes a menudo están sujetos a largas jornadas de trabajo y estrés.

El capitán Pehlivan era un piloto veterano con 17 años de experiencia en Turkish Airlines, donde trabajaba desde 2007. Durante su carrera, acumuló miles de horas de vuelo y no tenía ningún problema de salud conocido. Pehlivan había pasado su último examen médico en marzo de 2024, sin que se detectaran condiciones que le impidieran continuar volando​.

Según los informes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), las emergencias médicas graves en vuelo son muy raras, con un índice de incidentes médicos graves que ocurre en menos de 0.03% de los vuelos comerciales anuales. Esto incluye tanto a pasajeros como a tripulantes. En 2023, la tasa de riesgo de fatalidad mejoró significativamente, alcanzando 0.03 por cada millón de vuelos, lo que representa un récord en la seguridad aérea global. En promedio, se necesitaría que una persona volara diariamente durante 103,239 años para experimentar un accidente fatal​ en pleno vuelo.

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