Una migrante cubana, identificada como Mavi de Jesús, sufrió lesiones graves al caer desde el cerco fronterizo en la zona del ejido Villa Zapata, cerca de Mexicali, mientras intentaba cruzar hacia Estados Unidos. El incidente, reportado inicialmente por la Patrulla Fronteriza del lado estadounidense, movilizó a las autoridades mexicanas, quienes hallaron a la mujer herida en el lugar.

Elementos de la policía de Mexicali acudieron al sitio tras recibir el aviso, encontrando a la migrante con lesiones en las extremidades inferiores y en la espalda. Mavi de Jesús fue trasladada por la Cruz Roja al Hospital General de Mexicali, donde está siendo atendida y evaluada médicamente.

Este caso pone de manifiesto las extremas dificultades y riesgos que enfrentan miles de migrantes, muchos de ellos procedentes de Cuba, en su búsqueda de un futuro mejor en Estados Unidos. Desde largas travesías a través de Centroamérica hasta peligrosos cruces fronterizos, las adversidades van desde accidentes graves, como este, hasta enfrentarse a condiciones climáticas extremas, redes de trata de personas y detenciones por parte de las autoridades.

La ruta migratoria de los cubanos hacia Estados Unidos suele implicar viajes por tierra a través de países como Nicaragua, Honduras y México, enfrentándose a peligros constantes. Muchos migrantes llegan agotados física y emocionalmente tras recorrer miles de kilómetros, enfrentándose a abusos, asaltos y el peligro de quedar atrapados en zonas controladas por el crimen organizado.

El cruce fronterizo, especialmente en puntos como Mexicali, representa uno de los mayores riesgos. Escalar cercos de varios metros de altura sin el equipo adecuado puede resultar en caídas fatales o lesiones incapacitantes, como ocurrió en este caso. Además, las condiciones desérticas de la región, con altas temperaturas durante el día y frío extremo en la noche, incrementan el peligro.

A pesar de estas dificultades, muchos migrantes como Mavi arriesgan todo para alcanzar su objetivo, motivados por la esperanza de una vida mejor para ellos y sus familias. Sin embargo, las lesiones y los traumas sufridos en el camino dejan una marca permanente, evidenciando la urgencia de buscar soluciones más humanas y seguras para quienes se ven obligados a migrar.

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