Adriana Martínez, madre del joven Salvador Ramos, quien masacró esta semana una escuela primaria en Uvalde, Texas, aseguró entre lágrimas que su hijo tuvo “sus razones para hacer lo que hizo”.

Martínez compartió fuertes declaraciones a la prensa y dijo que sentía necesario para ella defenderlo de los ataques y hacer una petición al mundo.

"No tengo palabras para decir porque no sé lo que estaba pensando. Él tenía sus razones para hacer lo que hizo", dijo la mujer entre lágrimas a Paco Santana, reportero del Noticiero de Televisa.

Asimismo, Martínez solicitó que "no lo juzguen" y se disculpó por los niños fallecidos y las familias que sufrieron tan terrible pérdida. "Yo no más quiero a los niños inocentes que murieron que me perdonen. Perdonen a mi hijo, yo sé que él tiene sus razones", insistió.

Sobre Salvador dijo que "era bien calladito, bien callado, era muy penoso. Él no le molestaba a nadie, él no le hacía daño a nadie" y en otra entrevista comentó que, aunque "podía ser agresivo" si perdía la cabeza, "no era un monstruo".

La matanza del joven de 18 años ha dejado 21 víctimas mortales, 19 niños y dos maestras de la escuela.

El abuelo del adolescente de 18 años responsable del tiroteo mortal en una escuela primaria en Uvalde, en Texas, dijo que no sabía que su nieto había comprado hace poco tiempo dos rifles estilo AR-15.

"No me gustan las armas. No puedo estar cerca de las armas", señaló Rolando Reyes, de 72 años, a Matt Gutman de la cadena ABC News.

El señor agregó que, de haberlo sabido, lo habría denunciado. "Odio cuando veo todas las noticias y todas esas personas a las que les disparan".

Asimismo, refirió que tiene antecedentes penales que le impiden tener armas de fuego.

Según reportes de medios de prensa, Salvador Ramos cumplió 18 años este 16 de mayo y compró los rifles el 17 y el 20 del propio mes.

Este jueves, la redacción de Cubita NOW compartió el testimonio de Ángel Garza, un socorrista que perdió a su hija en la masacre.

“Era tan dulce. Era la niña más dulce que no hacía nada malo. Escuchaba a su madre y a su padre. Siempre se cepillaba los dientes. Era creativa. Hacía cosas para nosotros. Nunca se metía en problemas en la escuela”, comentó Garza entre lágrimas.

 “Yo solo quiero saber qué hizo para ser una víctima”, cuestionó el hombre y padre de otro niño pequeño de apenas tres años llamado Zane y que “pregunta por su hermana cada mañana cuando se despierta”.

“Le hemos informado que su hermana está ahora con Dios”, aseguró. Le hemos dicho “que ya no estará con nosotros y, por supuesto, solo lloró. Él solo tiene tres años y es muy emocional para que lo procese”.

Su hija Amerie acababa de cumplir diez años el día 10 de mayo.

“Reunimos a la familia e hicimos una cena. Acababa de recibir su teléfono. Llevaba tanto tiempo queriendo un celular y finalmente se lo dimos. Intentó llamar a la policía. Recibí confirmación de dos de los estudiantes de su aula de que solo estaba tratando de llamar a las autoridades y supongo que solo le disparó”, lamenta entre lágrimas.

“Cómo miras a esta niña y le disparas”, cuestionó este padre que hoy sufre la pérdida de su pequeña hija de tan solo 10 años de edad. “Por qué le disparó a mi bebé”, seguía preguntando mientras se disculpaba por su llanto.

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