Madre cubana: Pensé que mis hijos no atravesarían esta desagradable experiencia
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 20 de agosto de 2022

Se ha hecho viral en redes sociales la crónica de una madre cubana sobre los apagones en la isla y lo que representa criar hijos en condiciones infrahumanas.
A través de las letras de Dailin Carracedo, otros cubanos se identifican en la desesperación traumática de vivir en medio de los constantes cortes energéticos que afectan al país.
Los ciudadanos de la isla hablan ya de problemas psicológicos ante la imposibilidad de descansar, otras experiencias personales muestran a quienes tienen bebés o ancianos encamados, y la electricidad a penas da chance de elaborarle las comidas o lavar pañales en una lavadora y no a mano como en siglos pasados.
Carracedo, cuya crónica ha sido compartida más de 300 veces, alude además a la crianza de los niños en tan difícil situación, en que los apagones son la gota que derrama el vaso, pero donde también ha de incluirse las enorme carencia de alimentos.
Entre los más de 200 comentarios generados por su crónica, otra cubana decepcionada escribe: “Todos hemos pasado esas etapas. Yo, que soy mayor, fui ilusa y pensé que a mi hijo no le quitarían la leche a los 7, jaja ya a mi nieto se la quitaron, y lo más seguro es que a mi bisnieto se la quiten. Pensé que no usaríamos más chismosas ni quinqué y ni eso porque no hay luz brillante. Que el pan mejoraría y darían más de uno y también me equivoqué porque sigue siendo uno y como no hay grasa se desmorona. Pensé nos tocaría café sin chicharros y no, tampoco, ahora ni con chícharos. Creía que el almuerzo del seminternado mejoraría, pero no, ahora no hay. Pensé, pensé, creí, creí y todo fue fuego fatuo”, dice Maggie Eirea.
A continuación las conmovedoras palabras de esta madre cubana:
Ya sabíamos que nos tocaba el apagón difícil, ese de 1am a 6am. La madrugada completa sería un calvario, como lo es siempre que toca a esta hora. Durante el día no nos concentramos pensando: hoy nos toca por la madrugada, en los pasillos de trabajo nos decimos: hoy nos toca por la madrugada. De buró a buró nos miramos: hoy nos toca por la madrugada.
Frente al plato de comida vamos lanzando estrategia:
-"Lo que tenemos es que acostarnos temprano para no enterarnos"
-"Vamos a dormir en la sala de nuevo"
(¡qué va!, no aguanto más el piso y el sereno de la noche me acaba la garganta )
-"Vamos a empastillarnos" -Yuri me ha abierto los ojos de susto total, me creyó loca de seguro-
"Mijo, un diazepam, una benadrilina pa' no enterarnos de na'"
Misión imposible, tan imposible como que finalmente se "alineen" todas las termoeléctricas y "sincronicen" de alguna buena vez.
Como crónica de un muerte anunciada, acostada en la cama mientras abanico a Ema y el sereno empieza a entrar por mis persianas escucho los ronquidos de mi vecino Rafael a 4 casas de la mía, él ha salido a dormir al portal.
¿Qué escribiera el Gabo en tantas madrugadas de insomnio obligado? ¿Mercedes le acomodara la vida para que ocupe el desvelo en las letras?:
"A ver Gabriel, como hoy toca de 1am a 6am voy a dejarte las hojas aquí y el tintero lleno, 4 velas nada más por favor que nos quedan apagones por delante. Ni se te ocurra escribir en la máquina que ya bastante tengo con el calor y los mosquitos ".
Ema se mueve, me empuja, se queja... todo un pegote de sábanas y sudor. Balbucea dormida, no logro descifrar. Rafael ronca en el portal de su casa.
Vuelvo a abanicar y me viene a la mente el grito final de Luis Alberto García en el filme Clandestino : ¡la entrego viiivaaaaa! ¡Vivaaaaa!. Es una escena épica.
Sigo echando aire. Y me imagino tener una entrevista con Virgilio Piñera, quisiera saber sus pensamientos y palabras detrás de aquel criterio un poco lapidario "Tengo Miedo" allá por aquellos años también difíciles.
Y también puedo darme el lujo de pensar que puedo ser Daenerys la Madre de los Dragones. Digo darme el lujo porque es de madrugada y estoy como en un letargo surrealista y mi mente la ocupo en fantasías para no volverme loca de realidad. En fin, que soy Daenerys y mi trenza es muy larga y rubia. Y el Trono de Hierro está llegando a su fin...
Aunque realmente tengo 32 años. Ya me abanicaron así, mi leche (cuando tenía) también se cortó en un refrigerador desprovisto. La marca del Período Especial de los 90' está en mi frente: una cicatriz de 2 puntos después de resbalar con mis "chupamiaos". Mi mamá tenía que caminar kilómetros para llegar a la casa después de pasar horas en una parada sin esperanza de un transporte. Pensé que mis hijos no atravesarían esta desagradable experiencia. Pero aquí estoy, abanicando a Ema que me pide cosas que no puedo darle: yogurt, gelatina, zarzamoras y un pan que no se le desbarate antes de llegar a la boca.
Ha lanzado las almohadas al piso, me dice que tiene calor y me empuja. Le doy la espalda en la cama para olvidarme de este madrugada amarga por al menos 3 largos minutos. Aún dormida balbucea entre dientes y me toca por el hombro como cuando te tocan en las colas para decirte "niñaeres la última "... pero lo que dice legible y bien alto es: "Mami por favor, dile que pongan la corriente "... cierra lo ojos.
Y yo con el pecho apretado me lanzo la trenza a la espalda y me subo de un salto al único dragón vivo que me queda y salgo volando no sé si al Norte, pero cuando llegue a ese Trono, todo será reducido a cenizas... antes de las 6 de la mañana.