El artista cubano Luis Silva, conocido por su personaje de 'Pánfilo' en el estelar programa humorístico 'Vivir del Cuento', se ha referido a las nuevas medidas de Comercio Interior y Exterior, promovidas por el Gobierno cubano.

Silva se mostró frustrado al analizar las propuestas expuestas por funcionarios de alto nivel en la Mesa Redonda de este lunes, y señaló que las autoridades cubanas ceden el control férreo de la economía a cuenta gotas, pues para cuando anuncian una medida, es tan parcial o fuera de momento que el impacto que pueda causar es prácticamente nulo.

Luis Silva “Pánfilo” comparó las decisiones del Gobierno con alguien que abre una llave de poco a poco y reclamó un cambió radical para el país.

“Abren un poquito la llave de paso. No les funciona, la abren otro poquito. Sigue sin funcionar, dale otro poquito a la llave. En eso llevamos años. Cuando aprobaron los paladares..., eran 12 sillitas. Pasó un tiempo, vamos a dejar que tengan unas cuantas más. Pasaron años: dejamos que tengan las que quieran. Todo lo abren de buchito en buchito. Acaben de abrir la llave de paso completa”, dijo en un comentario en redes sociales en la noche del lunes.

Un análisis del economista cubano Mauricio De Miranda Parrondo deja en evidencia que nuevamente las medidas anunciadas no actuarán en profundidad sobre la crítica situación cubana.

El lunes, la viceministra Ana Teresita González Fraga, se refirió a las críticas contra el monopolio estatal sobre el comercio.

"Hoy hay quienes intentan mostrar el monopolio estatal sobre el comercio exterior como un capricho centralizador y sobre esa opinión se vierten numerosas críticas en este tema", dijo la viceministra primera de Comercio Exterior. 

“Al monopolio del comercio exterior no hemos renunciado ni renunciaremos. Este es un elemento muy importante que se debe tener en cuenta”, añadió.

En esa idea reside según Mauricio De Miranda, el problema fundamental de todo lo explicado anoche.

“El monopolio estatal tanto del comercio exterior como del minorista, es responsable del desabastecimiento de bienes de consumo en el mercado doméstico, y estos deben importarse porque el sistema productivo establecido —también en manos mayoritariamente estatales— es incapaz de ofrecerlos”, advierte el economista que agrega: “En el discurso oficial se insiste en «cambiar lo que deba ser cambiado» y en «desatar las fuerzas productivas», pero esto no es más que una retórica vacía de contenido real. Desatar las fuerzas productivas —para usar esta categoría del pensamiento marxista— significa eliminar todas las trabas que frenan su desarrollo. No obstante, en cada medida adoptada se incluyen restricciones que limitan su efectividad”.

Para De Miranda Parrondo, en un artículo publicado en La Joven Cuba “las autoridades cubanas no son capaces de concebir un país que pueda funcionar sin su control, el cual, es responsable en gran medida del empobrecimiento y de la persistencia del subdesarrollo. Sin embargo, el buen gobierno no consiste en controlar a la sociedad, sino en utilizar mecanismos reguladores para evitar los fallos del mercado, sin que ello implique que imperen los del Estado”.

El profesor cubano da un puntillazo clave que tira por tierra cualquier esperanza que puedan generar las más reciente medidas: “Pretender que se mantenga el modelo de economía centralmente administrada, cuando existen evidencias de que en lugar de promover el desarrollo lo frena, es asegurar la persistencia del subdesarrollo, el deterioro del nivel de vida de la población y el aumento de la sangría migratoria”.

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