Un desastre de proporciones históricas afecta a Los Ángeles, donde múltiples incendios forestales arden sin control, dejando una estela de destrucción sin precedentes. Hasta ahora, el fuego ha cobrado al menos cinco vidas y ha consumido más de 45 millas cuadradas (115 km²), según reportes oficiales.

El incendio más destructivo, en Pacific Palisades, ha arrasado con más de 17,000 acres, destruyendo más de 1,000 estructuras, incluidas numerosas viviendas. Por otro lado, el incendio más reciente, conocido como Sunset, comenzó en Hollywood Hills y ya ha afectado 60 acres cerca de lugares emblemáticos de la industria del cine.

Otros incendios como Eaton, Hurst y Lidia también avanzan rápidamente. El incendio Eaton ha quemado más de 10,600 acres, mientras que Hurst y Lidia han consumido 855 y 348 acres, respectivamente. Las tasas de contención son bajas, lo que refleja la dificultad de los bomberos para controlar las llamas debido a las condiciones extremas.

La combinación de una prolongada sequía, fuertes vientos y altas temperaturas ha creado el escenario perfecto para la propagación del fuego. Los vientos de Santa Ana, que alcanzaron velocidades de hasta 70 mph (110 km/h) en los últimos días, han empeorado la situación. Aunque se prevé una leve disminución en la intensidad de los vientos, el riesgo sigue siendo alto, con 17 millones de personas bajo alerta roja en California.

La gravedad de los incendios ha llevado al presidente Joe Biden a cancelar su viaje oficial a Italia, donde tenía programadas reuniones con el papa Francisco y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, afirmó que el presidente tomó esta decisión para "dirigir la respuesta federal completa" ante la emergencia.

Los equipos de bomberos enfrentan enormes dificultades para contener las llamas. Según la asociación Western Fire Chiefs, contener un incendio implica establecer una línea de control que las llamas no puedan cruzar, pero incluso cuando se logra contención, no significa que el incendio haya sido extinguido.

Los incendios de Los Ángeles son una muestra del impacto devastador que el cambio climático y las condiciones extremas pueden tener en las comunidades. Mientras los equipos de emergencia trabajan incansablemente para mitigar los daños, la prioridad sigue siendo proteger vidas y propiedades, en un evento que ya se perfila como el más devastador en la historia reciente de Estados Unidos.

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