En un acto que refleja las viejas tácticas de manipulación y propaganda del régimen cubano, Lis Cuesta Peraza, esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, ha sido recientemente galardonada con el premio "Mujer de Ciencia" durante el III Congreso Internacional Ciencia y Educación en La Habana. Esta premiación, reportada por el medio oficialista Canal Caribe, se une a una serie de reconocimientos vacíos y autocomplacientes que caracterizan a la élite gobernante en Cuba.

En el mismo evento, Díaz-Canel recibió un reconocimiento de honor "por su labor científica", una maniobra evidente para consolidar su imagen y ganar admiración entre los cubanos. Sin embargo, estas condecoraciones han sido objeto de burla y escepticismo en las redes sociales, donde los ciudadanos cuestionan los verdaderos logros científicos tanto de Díaz-Canel como de Cuesta.

Los cubanos no han tardado en manifestar su descontento. En la página de Facebook de Canal Caribe, un usuario ironizó: "La Machi (sobrenombre popular de Cuesta) hace del uso de las carteras caras una ciencia...". Este comentario refleja el sentir generalizado de una población que ve cómo sus líderes se premian a sí mismos mientras ellos enfrentan la miseria y el hambre.

La desconexión entre la élite gobernante y el pueblo es cada vez más evidente. En su perfil de X, Cuesta celebró un reconocimiento al Ministerio de Cultura sin hacer mención al premio personal, lo que provocó más críticas. Un usuario comentó: "Por favor pídele a un investigador de esos que encuentre la fórmula mágica que te haga desaparecer a ti, a tu marido, a tu querido y todos los comunistas".

Lis Cuesta, conocida por sus acciones desafortunadas en las redes sociales y su rol al frente de la agencia Paradiso del Ministerio de Cultura, ha sido una figura controversial. En 2022, discutió su tesis doctoral basada en un análisis de su propio trabajo, un hecho que también fue objeto de críticas. Su implicación en eventos como el San Remo Music Awards, que buscó limpiar la imagen del régimen y fracasó debido a una campaña de boicot internacional, la ha mantenido en el ojo del huracán.

En un artículo de DIARIO DE CUBA, Ángeles Rosas analizó el papel de Cuesta en el Gobierno cubano, destacando su participación en eventos como Cuba Sabe, promoviendo a la Isla como un destino gastronómico en medio de una crisis alimentaria crónica. Este tipo de actividades, organizadas por el régimen, son percibidas como intentos desesperados de mantener una fachada de normalidad y progreso, mientras el país se desmorona bajo el peso de la incompetencia y la corrupción.

La reciente condecoración de Cuesta y Díaz-Canel es un reflejo más de un sistema que premia la lealtad y el servilismo por encima de los verdaderos logros. En un país donde la ciencia debería ser un motor de desarrollo y bienestar, estas premiaciones no son más que un espectáculo vacío, una burla a la inteligencia y al sacrificio del pueblo cubano.

Mientras los líderes del régimen se premian a sí mismos, el pueblo cubano sigue esperando soluciones reales a sus problemas. Las críticas en las redes sociales son un testimonio del creciente descontento y de la necesidad urgente de un cambio genuino en Cuba.

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