Su nombre es Leandro García Gutiérrez, aunque los que le quieren y conocen le llaman Leo. Tiene apenas 13 años y muchas pasiones, pero acapara titulares en la prensa por la magia que hace en el patio de su casa.

No duerme cada noche junto a su madre. Ella se encuentra cumpliendo misión internacionalista en Angola y él vive con su papá y su abuela en el reparto El Porvenir, en Camagüey, según explicó al periódico Adelante.

En medio de la cuarentena, a Leo le ha surgido un lado muy guajiro, y le ha dado por convertir la tierra en su aliada.

“Cuando veía las teleclases de Historia, me dieron curiosidad los métodos de cultivos de las civilizaciones antiguas y empecé a preguntar y a buscar en Internet. Me di cuenta de que no es sembrar por sembrar, sino que cada planta lleva su atención y su momento del día”, dijo.

Ya ha sembrado ají y yuca, con la ayuda del papá, pero eso no es lo único, se suma plátano, malanga, frijol, pepino, remolacha, cebolla, calabaza, ñame, tomate, más de 10 tipos de árboles frutales y cítricos y en total más de 30 especies diferentes.

“Me levanto tempranito y atiendo algunas plantas, les doy comida a mis dos perros, mi conejita y mi jicotea, me baño y luego hago las tareas. Si después tengo que ayudar a mi abuela también lo hago, pero ellos me dicen siempre que las tareas de la escuela, primero. Por la tarde veo las teleclases y riego las otras siembras”, agregó.

“Antes me desesperaba, pero ya tengo un poco más de paciencia. El secreto es darles cariño y atenderlas, ellas solas se gozan”, señaló.

“El método que más aplico es el de la rotación de cultivos, leí que es muy bueno para que el suelo se fortalezca”, explicó como un gran conocedor del tema.

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