La represora y estafadora Rosmary Díaz Cañete llega a los Estados Unidos

Redacción de CubitaNOW ~ martes 10 de septiembre de 2024

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Rosmary Díaz Cañete, conocida por su colaboración en la represión de los manifestantes del 11 de julio de 2021 en Holguín, ha conseguido llegar a Estados Unidos bajo la figura de "miedo creíble". Esta mujer, hija de Bruno Díaz, ex Jefe de Sector de la PNR en la provincia de Holguín, ha sido señalada por su participación activa en la delación y los juicios que condenaron a varios manifestantes de esas protestas históricas. A pesar de su oscuro pasado, logró entrar a Estados Unidos tras pasar por México y solicitar asilo bajo la alegación de persecución política en Cuba.

Rosmary Díaz Cañete no es una figura desconocida para aquellos que sufrieron la brutal represión del régimen cubano en Holguín. Junto a su padre, no solo fue testigo en los juicios contra los manifestantes del 11J, sino que también jugó un rol clave en delatar a varios de ellos, ayudando a su encarcelamiento. Familias de los condenados afirman que Díaz Cañete fue instrumental en asegurar las sentencias. Ahora, la misma persona que ayudó a encarcelar a quienes se levantaron por la libertad busca rehacer su vida en el mismo país que representa el bastión de esa libertad que ayudó a oprimir.

Pero su historia no termina con su colaboración con la represión estatal. Existen denuncias que acusan a Rosmary Díaz de haber estafado a varios extranjeros mientras residía en Cuba. Uno de los casos más sonados involucra al ciudadano canadiense Kenneth Allen Watson, quien, atraído por una relación con Díaz Cañete, terminó comprando una casa en Holguín bajo el pretexto de que solo casándose con ella podría adquirir la propiedad. Poco tiempo después, Rosmary se divorció de Watson y lo despojó de la casa, aprovechándose de las leyes locales para consolidar su control sobre la propiedad.

Los testimonios y pruebas presentadas por Watson y otros estafados sugieren que Díaz Cañete no solo se benefició de estas actividades fraudulentas, sino que también contaba con la protección de las autoridades cubanas, gracias a su conexión con el aparato represivo de la PNR. Incluso se le ha señalado de orquestar robos en las propiedades de sus víctimas, utilizando a su hermano para llevar a cabo los delitos sin temor a represalias.

La protección que Rosmary recibía del sistema represivo cubano, en parte por su colaboración como informante, no parece haber sido suficiente para mantenerla en la isla. Aparentemente, tras años de abuso y aprovechamiento de su posición, decidió salir del país en busca de un futuro en los Estados Unidos. Lo que resulta paradójico es que esta mujer, responsable en gran medida de las injusticias cometidas contra aquellos que protestaron por sus derechos y libertades, ahora busca refugio en un país cuyo sistema democrático es lo opuesto a los valores que ella y su padre defendieron.

Es necesario que la opinión pública y las autoridades migratorias de Estados Unidos investiguen a fondo las acusaciones contra Rosmary Díaz Cañete. Su llegada al país pone en tela de juicio el sistema de asilo y protección, que debe estar diseñado para resguardar a quienes realmente sufren persecución, no para aquellos que fueron parte activa del aparato represivo que oprime a millones de cubanos.



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