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Intelectuales desenmascaran al régimen dictatorial cubano. Texto de lunes en CubaxCuba Laboratorio de Pensamiento Cívico.

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 9 de diciembre de 2024

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Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira, Doctor en Ciencias Económicas, Universidad de La Habana y Doctor en Demografía, Universidad de Paris X-Nanterre ocupa el espacio de hoy de CubaxCuba

"El contexto político que motiva la emigración masiva desde Cuba es complejo y contradictorio. Lo más obvio es que su promoción siempre ha sido parte de una política interna y externa, sea para exportar o fomentar la disensión política, paliar crisis materiales internas, o ambas simultáneamente; incluso, a veces con vistas a alcanzar objetivos políticos y económicos basados en interpretaciones parciales de su impacto en lo que ocurre en otros países.

"El relajamiento de las restricciones migratorias se fundamentó como parte de una estrategia económica dirigida a promover la creación de una sociedad transnacional, en la que la población emigrada aportara a Cuba tanto como los ciudadanos transnacionales de otros países tributan a sus respectivas patrias. La gran diferencia es que las ganancias para Cuba han sido limitadas, ya que sus estructuras económicas y políticas, en lugar de incentivar beneficios, los estrangulan.

Las implicaciones en estos procesos de éxodo contribuyen al surgimiento y persistencia de desarticulaciones demográficas y sociales. Ante la disyuntiva de caminos para conducir el país hacia un modelo de prosperidad, las autoridades decidieron escoger lo que llaman «continuidad» del vigente modelo de «equidad con miseria» (igualdad en la pauperidad, diría Martí), cuyos resultados saltan a la vista: una depreciación de la moneda de 95,83%; las tasas de cambio del euro y el dólar, aunque recientemente han bajado, llegaron a rondar los 400 CUP por cada unidad de esas monedas, el producto interno bruto per cápita más bajo del hemisferio occidental, así como el más elevado índice anual de miseria, a nivel global, impulsado por un récord de inflación, que alcanzó niveles entre 740%, 1.221% y 1.840%.

"Luego, habría que dejar explícitamente establecido que los factores que empujan hoy a la población cubana a salir del país, son los mismos que han estado presentes por décadas. El desmantelamiento del sector inmobiliario y el congelamiento del parque habitacional en el país han conducido a una severa escasez de viviendas, que sobrepasa las 856 mil 500 casas y que hace inalcanzable el acceso en un contexto en que apenas se sobrepasan las 16 mil nuevas unidades habitacionales al año, obstaculizando de forma severa el proceso de formación de nuevas familias y forzando a la cohabitación de hasta cuatro generaciones en el mismo espacio.

"El retorno a la diferenciación económica, el desigual desempeño económico de los grupos socio-clasistas y la severa caída del consumo (notablemente de alimentos y medicamentos), conducen a la seria escasez ya habitual y a un nivel de inflación nunca visto.

"El salario medio mensual alcanzó 4,648 CUP, que representaba 38.73 USD a la tasa de cambio oficial (120 cup/usd), pero que en el mercado informal (395 cup/usd) serían apenas 11.77 USD. Calcúlense entonces para el salario y las pensiones mínimos, ascendentes a 2,100 CUP y 1,528 CUP respectivamente.

"Y todo ello en un contexto en que la canasta básica alimentaria para dos personas equivale a 20,000 CUP mensuales, y en el que Cuba habría perdido el 90% de los productores porcinos que existían entre 2018 y 2022. «La disponibilidad de ciertos alimentos o grupos de alimentos se ha reducido notablemente: arroz, -21 %; frijol, -24 %; viandas, -26 %; carne de cerdo, -44 %; huevos, -11 %; leche, -39 %; aceite, -31%; carne de res, -2%; y harina de trigo, -25 %, situación que se ve agravada porque no se percibe que exista una ruta crítica efectiva para corregir esta distorsión en el corto plazo», según Anaya y García.

"En tal escenario de crisis económica profunda, reconocida hoy como una poli crisis, la magnitud de la situación alimentaria es tal, que el gobierno cubano no ha tenido otro recurso que pedir ayuda urgente a los organismos internacionales, como el Programa Mundial de Alimentos, mientras UNICEF reconoce ya que más de dos quintos (42%) de los niños menores de cinco años del país padecen pobreza alimentaria grave (9%), o moderada (33%).

"Si a estos se agregaran los que la padecen de forma leve, podría afirmarse que al menos la mitad de los niños menores de cinco años en Cuba padece alguna forma de privación nutricional, y ello en base a estimaciones de esa agencia a partir de datos oficiales, que igualmente podrían estar subestimados. Aun así, se trataría de uno de cada dos niños en edad prescolar. Ahora imagínense los porcentajes que se alcanzarían si se incluyeran los datos de la población infantil entre los cinco y diez años.

"Aunque no es la primera vez que se atraviesan emergencias alimentarias, es la primera ocasión en que se «solicita apoyo emitiendo una comunicación oficial al más alto nivel de dirección de organismos internacionales. Finalmente se decidió la adquisición 500 toneladas de leche en Estados Unidos, 245 en Canadá, 500 en Brasil y 600 de otros proveedores. De tal forma, ante la imposibilidad de la producción nacional de alimentos, se ha continuado reforzando la dependencia de las importaciones de bienes básicos que podrían haberse logrado en el país, donde incluso los antiguos territorios productores son ya incapaces de autoabastecerse, tras una caída de la producción de 90% en 2023.

"Un factor no menos importante es la valoración negativa de las perspectivas económicas y el impacto que la población avizora. En palabras de la más alta autoridad del país ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, se reconoce haber aprobado y promulgado «una Ley de Soberanía Alimentaria, y no hay alimentos; ... una Ley de Fomento Ganadero, y no hay ganado; y ...una Ley de Pesca, y no hay pescado», mientras «más de 380 mil hectáreas de tierra permanecen ociosas». 

"El impacto socio-psicológico de la situación alcanza incluso a los niños y adolescentes. Publicaciones fidedignas dan cuenta de que en ejercicios realizados con niños, el centro de sus respuestas fue «salir del país»; en tanto «los adolescentes y jóvenes en formación y construcción de proyectos, se visualizan en otro lugar». De acuerdo a la investigación, en ellos se manifiestan situaciones de depresión, ansiedad, violencia y otras repercusiones psicopatológicas.

"En un escenario de inmovilismo económico, la situación continúa agravándose, al punto que las autoridades se reconocen superadas por la magnitud de los problemas. A esto añadan el reforzamiento de restricción de la voz, y mientras la salida sigue afianzándose como mecanismo de expresión de inconformidad, la última reforma del Código Penal cubano ha aumentado las modalidades de penalización de cualquier forma de manifestación pública. 

"Desde la ampliación del delito de «sedición» y su combinación con figuras delictivas como «desorden público», «desacato», «agresión» o «terrorismo»; así como «poner en peligro el orden constitucional», «normal funcionamiento del Estado y el Gobierno cubano», y «delitos contra la seguridad del Estado», cuyas definiciones ambiguas ofrecen amplio margen de interpretación a las autoridades.

"La condena por estos supuestos delitos podría llegar hasta los treinta años de privación de libertad, privación perpetua de libertad o pena de muerte. Respecto a esta última, se ha declarado que aunque exista una moratoria «de facto» desde 2008, existe en la nueva legislación como mecanismo de «defensa» y «tranquilidad ciudadana», y podría aplicarse «cuando sea necesario».

"En consecuencia, los acontecimientos, sobrevenidos desde julio de 2021 hasta la fecha —y luego de la convocatoria lanzada por las autoridades: «la orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios» y «estar dispuestos a todo», con el consiguiente y fuerte despliegue de tropas en las ciudades—, se han saldado con la aplicación de condenas de toda naturaleza y alcance, que involucran a participantes en grupos que oscilan entre 381 condenados a penas de hasta veinte años y «trabajo correccional». El castigo ha incluido a menores de edad: cuatro de diecisiete años y uno de dieciséis, quienes recibieron penas de hasta cinco años de limitación de libertad. Asimismo han sido encausadas otras 790 personas, algunas que han participado en recientes episodios de disenso. De tal modo se ha llegado a la cifra de 1.062 imputados, de los que 118 son mujeres; dos mujeres trans y 34 menores de edad.

"Después de tales análisis ¿no es igualmente esa masiva emigración la expresión, a través de la salida, de una voz insatisfecha que reclama el cambio?"


Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira

Doctor en Ciencias Económicas, Universidad de La Habana, y Doctor en Demografía, Universidad de Paris X-Nanterre.


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