La hermana de Sergio Pozo Hernández, el joven cubano que murió en Santiago de Cuba presuntamente tras un incidente de violencia policial, relató su versión de los hechos este jueves al diario independiente 14yMedio.

“Se han dicho muchas versiones sobre la muerte de mi hermano, pero algunas no son reales”, dijo la hermana de Pozo, quien murió el domingo 26 de febrero a los 30 años de edad. Luisa María Pozo Hernández aseguró que se trató de un hecho “premeditado”.

Según refiere, un oficial primero le lanzó una silla a su hermano para obligarlo a parar en un control en la carretera, a la salida de la playa Caletón Blanco, y luego lo embistió mientras estaba herido en el suelo.

“No hemos querido siquiera entrar a las redes sociales porque se están difundiendo informaciones que dicen que lo mató un camión o que él era quien le había robado las pertenencias a un turista que estaba en el campismo de Caletón Blanco, y todo eso es mentira”, sostuvo.

“Yo había ido con él y sus amigos al campismo, habíamos incluso alquilado un camión, pero tuve que salir antes porque tengo una niña chiquita. Justo en el momento que salía vi que la policía tenía a un joven detenido y decían que ese era el hombre que le había robado a un extranjero. O sea, mucho antes de que ocurriera lo de mi hermano, ya tenían al ladrón”, afirmó.

Supuestamente, el robo en el campismo incrementó la presencia policial en la zona. La víctima salió a buscar hielo y regresó, dijo otro testigo presencial que prefirió mantenerse en el anonimato. “La primera vez que él salió, un guardia le hizo seña con la mano, pero él no paró; luego regresó a traer el hielo que había comprado en una paladar cercana”, contó.

Su hermana cree que no se detuvo porque no llevaba casco ni su licencia de conducción. Luego de pasar un rato con amigos y familiares, la mayoría del grupo subió a un camión particular de pasajeros que habían alquilado, mientras que Pozo se subió en la motocicleta.

Tan pronto salió en el vehículo —dijo el testigo—el agente de policía “le tiró la silla”. “No le hizo seña ni nada, se la lanzó sin mediar palabras”, expuso. Según la hermana, luego del golpe con la silla, la víctima cayó al suelo, donde “otro oficial también lo golpeó con un banco”. “(…) Pero a los muchachos que me dijeron eso los han metido a todos presos”, lamentó.

“Les quitaron los celulares y les borraron los videos que grabaron en el lugar, hay hasta uno donde se ve a otro policía que intenta sacar la silla de la escena del crimen para borrar las evidencias”, dijo.

"Yo lo único que sé es que no me gustaría que taparan las cosas, porque solo eran jóvenes que habían alquilado un camión para pasar un buen rato en un campismo”, subraya. “Quieren decir que fue una acción-reacción, como que mi hermano fue el culpable y atacó al policía, pero no fue así y los testigos lo confirman. Todo fue premeditado. Lo cazaron”, advirtió.

“Primero me dijeron que la silla no existía, luego que el agente estaba sentado en la silla y nunca la tiró, después me dijeron que solo puso la silla en la carretera para obligarlo a parar, pero nada de eso fue así”, expresó.

La hermana comentó que “Sergio no era ningún bandolero”. “Él hacía sus trabajitos, iba a cumplir 31 años en julio, le gustaba mantener bonita su moto. A veces cargaba arena, trabajaba cuidando cerdos, pero era una persona tranquila. Ahora lo quieren presentar como un bandolero, pero no era nada de eso”, añadió.

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