La familia del joven cubano José Enrique Rodés Núñez, quien falleció de manera repentina en Estados Unidos, pidió ayuda para cremar su cuerpo y trasladar las cenizas a Cuba, para que sus padres puedan darle el último adiós. Rodés, a quien sus allegados llamaban Kike o Kikito tenía 33 años, era natural de Media Luna, Granma y tenía una niña. Según personas cercanas a su entorno, falleció a causa de un paro respiratorio.

Al momento de su muerte, residía en Texas City, en el estado de Texas, adonde llegó tras emigrar a EE.UU. Un familiar del joven habilitó una cuenta en la plataforma Go Fund Me para recaudar los fondos necesarios para los gastos funerarios y de repatriación de sus restos.

“Por solicitud de familiares y amistades cercanas decidí crear esta cuenta para honrar la memoria de mi primo José Enrique Rodés Núñez, conocido como Kike. Estamos eternamente agradecidos por los mensajes y las llamadas de apoyo a toda la familia. Este dinero será destinado a los gastos funerales”, escribió Camilo Núñez.

Román Dalmau Sánchez, amigo de la familia, lamentó la muerte del joven en una emotiva esquela que compartió en su perfil de Facebook: “Hoy me toca hacer un réquiem muy pero que muy lleno de tristeza, dolor y pena, porque se nos ha ido hacia el Paraíso del Creador un alma muy joven. Estoy hablando de José Enrique Rodés Núñez, quien había emigrado a EE.UU, como lo han hecho miles de jóvenes buscando prosperidad y bienestar. No pudo lograr su propósito por causa de ese maldito destino”.

Dalmau evocó que la vida de Rodés en Texas City, “transcurría normalmente, tenía su trabajo que era lo más importante para un emigrante y con el devenir de los días se iba adaptando a la nueva vida, con ilusiones, proyectos y todas esas cosas que alegran y dan fuerza al espíritu de un joven de 33 años. Quiero expresar mis profundas condolencias y mi apoyo sentimental a José, a María Herminia y a Elizabeth, así como a todos los familiares Rodés/Núñez y amigos”, expresó.

“Para ti José Enrique Rodés Núñez, le pido al Creador que guíe tu espíritu por esas grandes Alamedas del Paraíso donde encontrarás la Luz y la Gloria Eternas y descansarás en Paz”, fueron las conmovedoras palabras con que Dalmau rindió tributo al joven fallecido.

En los últimos años, el inesperado fallecimiento de cubanos recién emigrados a Estados Unidos y otros países ha dejado constancia de peticiones similares de ayuda por parte de las familias, para poder hacer frente a los gastos funerarios con el fin de sepultar o repatriar los restos mortales de sus seres queridos a la isla.

Las familias cubanas suelen recurrir a campañas de recaudación de fondos en plataformas como Go Fund Me para poder cubrir los costos de repatriación. El traslado de restos mortales desde Estados Unidos a Cuba, por ejemplo, puede tardar aproximadamente una o dos semanas y tiene un costo de entre 6,800 y 7,000 dólares.

El traslado de cenizas es más sencillo y menos costoso que el de un cuerpo. Los familiares pueden encargarse personalmente de llevar las cenizas con el permiso de cremación y el certificado de defunción, sin necesidad de tantos trámites burocráticos. Los principales desafíos son los elevados costos, las complicaciones burocráticas y la necesidad de apoyo comunitario para reunir los fondos necesarios. Las familias también enfrentan la dificultad emocional y logística de gestionar estos trámites desde lejos.

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