En el cementerio de Nueva Gerona, en la Isla de la Juventud, los cubanos que necesiten exhumar los restos de sus seres queridos se ven obligados a llevar sus propias cajas, según denunció la periodista Karelia Álvarez en un artículo publicado en el periódico oficial Victoria.

En su relato, Álvarez cuenta cómo le informaron, a través de empleados del cementerio, que debía llevar "una cajita" con medidas específicas, además de algunos elementos como "un pañito, alcohol, talco y colonia".

La autora comparte la preocupación que muchas familias han experimentado al recibir la noticia de la exhumación de un familiar. En su caso particular, solo tuvo seis días para encontrar los materiales necesarios en un país que enfrenta un grave desabastecimiento. Aunque le dieron algunas sugerencias de lugares donde podría conseguir la caja, al acudir a un taller de carpintería local, le informaron que no contaban con los materiales necesarios.

La periodista lamenta haber recibido esta noticia de manera repentina, tres años después del fallecimiento de su abuela, y se pregunta por qué los seres humanos deben enfrentar tanto dolor. Además, critica que el descanso eterno de los difuntos merece un trato más digno y sin tantas dificultades. Destaca la incertidumbre que se crea al no tener acceso a una caja adecuada para guardar los restos de los seres queridos.

Finalmente, con los pocos recursos disponibles en el taller de carpintería, lograron fabricar una pequeña caja para que los restos de su abuela pudieran descansar. La periodista menciona que otras personas también tuvieron que armar sus propias cajas con lo que pudieron encontrar debido a la falta de lugares donde adquirirlas.

Álvarez destaca que el cementerio de Nueva Gerona enfrenta problemas debido al crecimiento de la población, superando los 80,000 habitantes y 28,000 viviendas. Concluye su artículo reclamando que este asunto requiere máxima prioridad debido a su extrema sensibilidad.

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