El acceso a internet ha revolucionado la vida en muchos rincones del mundo, pero también ha traído consigo nuevos desafíos. Un ejemplo reciente es el impacto de la tecnología de Starlink, de Elon Musk, en una tribu indígena del Amazonas. Hace nueve meses, esta innovadora solución llevó internet a una comunidad aislada, transformando profundamente su vida diaria.

Durante siglos, esta tribu de 2000 habitantes ha mantenido sus tradiciones, desde su lengua ancestral hasta la caza de monos para la alimentación y compañía. Sin embargo, la llegada del internet de alta velocidad ha generado cambios significativos, observados por periodistas de The New York Times.

"Cuando llegó el internet, todos estaban felices. Pero ahora las cosas han empeorado", comentó uno de los habitantes. La preocupación principal es que "los jóvenes se han vuelto más flojos debido a internet. Están aprendiendo los hábitos de la gente blanca". A pesar de esto, la comunidad pide encarecidamente: "por favor, no nos quiten internet".

El acceso a internet ha sido un cambio trascendental para la tribu, creando nuevas formas de comunicación y entretenimiento. Los jóvenes ahora participan en chats comunitarios, redes sociales, videojuegos y hasta ven partidos de fútbol juntos en sus dispositivos móviles.

El líder comunitario, Enoque Marubo, fue instrumental en traer esta tecnología, viendo en Starlink una herramienta para mejorar la comunicación. A pesar de los desafíos logísticos, como transportar antenas a través de la densa selva para conectarse con los satélites de Starlink, el esfuerzo ha dado sus frutos.

No obstante, los mismos problemas que enfrentan las sociedades más conectadas han comenzado a surgir en esta comunidad. Hay inquietudes sobre el uso de videojuegos violentos, la disminución de la comunicación física entre las familias y el acceso potencial a contenido inapropiado, como la pornografía.

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