El transporte público en Cuba y la falta de soluciones efectivas

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 23 de agosto de 2024

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La situación del transporte público en Cuba ha sido un problema persistente y complejo, que refleja no solo las dificultades económicas que enfrenta el país, sino también una incapacidad del gobierno para implementar soluciones eficaces que mejoren la movilidad de los ciudadanos. A pesar de los esfuerzos declarados y algunas medidas paliativas, el sector sigue mostrando signos claros de deterioro y una evidente falta de planificación y recursos para enfrentar los desafíos actuales.

Según datos recientes, la transportación de pasajeros en Cuba disminuyó un 10% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período del año anterior. Solo se logró transportar al 72% de los pasajeros planificados, lo que subraya la magnitud del problema. Desde 2017, se ha observado una tendencia decreciente en el número de pasajeros transportados, y las cifras actuales muestran una alarmante caída en comparación con los niveles previos a la pandemia de COVID-19. Este descenso no solo evidencia las limitaciones materiales y financieras del país, sino también una falla sistemática en la gestión del sector.

El Ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, ha señalado que existen razones objetivas que impiden satisfacer la demanda de transportación, como la escasez de recursos y la inestabilidad financiera. Sin embargo, también ha reconocido la existencia de problemas subjetivos, como la falta de disciplina, organización y sensibilidad, que agravan la situación y generan una gran insatisfacción en la población. Esta admisión de fallas organizativas refleja una contradicción fundamental: a pesar de que se han identificado los problemas, las soluciones propuestas no han logrado revertir el deterioro del sistema.

Entre las medidas implementadas durante el primer semestre del año, se incluyen subsidios para los servicios estatales de transportación, la incorporación de triciclos eléctricos y ecomóviles en algunas ciudades, y la reactivación de servicios ferroviarios en rutas selectas. Si bien estas iniciativas representan intentos de mejorar la situación, su impacto ha sido limitado y no han abordado de manera integral las necesidades del país. La introducción de estos medios alternativos, como los ferrobuses adaptados y la legalización de vehículos armados por partes y piezas, parecen ser soluciones improvisadas y de corto plazo, que no resuelven los problemas estructurales de fondo.

La realidad es que los resultados no han estado a la altura de las expectativas. Las acciones gubernamentales han sido insuficientes para enfrentar la creciente demanda de transporte y mejorar la calidad del servicio. Las largas esperas, la sobrecarga de los medios de transporte y la falta de opciones viables continúan siendo la norma en muchas partes del país, lo que genera frustración y descontento entre los ciudadanos.

El enfoque en soluciones paliativas y la falta de una estrategia a largo plazo han contribuido a la incapacidad del gobierno para solucionar de manera efectiva los problemas del transporte público en Cuba. Mientras no se adopten medidas más profundas y sostenibles, que incluyan una mejor planificación, inversión en infraestructura y un enfoque centrado en las necesidades de la población, es poco probable que se vean mejoras significativas en este sector vital para la vida cotidiana de los cubanos. La situación actual refleja no solo un desafío técnico, sino también un fracaso en la gestión y en la capacidad del gobierno para responder a las necesidades básicas de sus ciudadanos.


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