El coronavirus doblega a Estados Unidos, el país aporta 1 de cada 4 casos en todo el mundo

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 26 de junio de 2020

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Estados Unidos pierde la batalla contra el enemigo invisible. Las autoridades informaron de 38.115 casos nuevos el miércoles, la cifra diaria más alta desde el inicio de la pandemia. La tendencia de contagios era descendente desde que se registraron 36.739 casos positivos el 24 de abril, pero ha cambiado en las últimas semanas.

El país aporta uno de cada cuatro casos de la covid-19 en todo el mundo, una de cada cuatro muertes por la enfermedad. Más de 2,38 millones de casos confirmados. Al menos 120.000 muertes. Las cifras totales no tienen parangón. Y el impacto real, advierten los expertos, puede ser 10 veces mayor. “Probablemente hemos identificado solo en torno a un 10% del estallido”, ha dicho este jueves el doctor Robert Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, que ha añadido que calculan, en función de los resultados de tests de anticuerpos realizados por todo el país, que entre un 5% y un 8% de los estadounidenses han sido contagiados hasta la fecha.

Las subidas se concentran sobre todo en el sur y en el oeste. Florida, Oklahoma, Carolina del Sur y Texas reportaron máximos el miércoles. Pero los casos suben en más de la mitad de los Estados. En parte se debe al aumento de pruebas de diagnóstico, que hace que se detecten casos menos graves. Pero no totalmente. El porcentaje de resultados positivos en los tests ha subido dramáticamente en Estados como Florida. Igual que las hospitalizaciones, que en Houston (Texas), por ejemplo, se han triplicado desde el 31 de mayo.

La Administración Trump, descolocada en medio de su campaña por la reactivación de la economía, se aferra un dato positivo: las muertes no están creciendo al mismo ritmo que los contagios. Pero los expertos alertan de que puede ser cuestión de tiempo. “Las muertes siempre van considerablemente por detrás de los casos”, advirtió el martes en el Congreso el epidemiólogo Anthony Fauci, el hoy marginado rostro de la ciencia en la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, que vaticinó que los fallecimientos acabarán subiendo con los contagios.

Lo dijo el doctor Fauci en el Capitolio, invitado por los congresistas. Apartado de los focos por un presidente harto de las fricciones de su discurso con la evidencia médica, la información científica circula ahora por otras vías para llegar a los ciudadanos. Comparecencias en el Congreso, puntuales entrevistas en los medios. Atrás quedaron los tiempos en que Fauci y la doctora Deborah Birx comparecían junto al presidente en la Casa Blanca a diario. Trump, animado por un instinto impermeable a la evidencia científica y apremiado por un deterioro económico que mina su camino a la reelección, disolvió el equipo de trabajo del coronavirus.

La realidad hoy es muy diferente a la de los días trágicos de abril. Más descontrolada. Nueva York y Nueva Jersey, superados por la pandemia en primavera, proceden con la reapertura arropados por un descenso controlado de los contagios. Con los focos concentrados era más fácil actuar. Ahora el impacto del virus es más disperso, más imprevisible. La recogida de datos es más irregular, igual que la capacidad hospitalaria de cada Estado. La forma de enfrentarse a la crisis difiere en función del color político y las ideas particulares de cada gobernador.



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