Dos hermanos de origen cubano fueron arrestados en Miami-Dade tras protagonizar una agresión violenta en un negocio de reparación de neumáticos al oeste del condado. Los sospechosos fueron identificados como Pedro Luis Rodríguez, de 40 años, y Luis Ángel Rodríguez, de 32, quienes ahora enfrentan múltiples cargos por su conducta.

El incidente ocurrió el pasado lunes, cerca de las 3:45 p.m., en Tire Liquidators Miami II, localizado en la avenida 67 del suroeste, al norte de Coral Way. Según reportes, los hermanos estaban insatisfechos con un trabajo realizado a su vehículo y confrontaron a un empleado del establecimiento.

El altercado comenzó cuando Pedro Luis golpeó repetidamente al trabajador, quien intentó defenderse al sacar un arma de fuego y sostenerla en el aire, esperando disuadir la agresión. Sin embargo, Luis Ángel logró derribar al empleado, permitiendo que ambos lo golpearan en el suelo. Durante el forcejeo, el trabajador logró disparar tres veces, hiriendo a Pedro Luis en una pierna.

A pesar de la herida, Pedro Luis le arrebató el arma al empleado y lo golpeó en la cabeza mientras profería amenazas. Posteriormente, huyó del lugar para buscar ayuda. Por su parte, Luis Ángel continuó agrediendo al trabajador hasta que los hechos fueron interrumpidos.

El empleado sufrió heridas en la cabeza y otras lesiones menores, pero no requirió hospitalización. El dueño del negocio defendió su actuación, calificándola como legítima defensa, y aseguró que no tomará medidas contra él.

Pedro Luis fue trasladado al Hospital Jackson Memorial, donde permanece en condición estable. Ambos hermanos enfrentan cargos por agresión agravada con un arma letal, mientras que Luis Ángel enfrenta un cargo adicional por agresión. Durante la audiencia de fianza, se estableció un monto de 5.000 dólares para cada uno, además de una orden de alejamiento de la víctima y del lugar de los hechos. Pedro Luis también quedó bajo custodia migratoria.

En Florida, la agresión agravada con un arma es un delito grave que puede conllevar hasta 15 años de prisión, junto con otras medidas legales según las circunstancias del caso. Este suceso resalta la gravedad de los conflictos que escalan a violencia en situaciones cotidianas.

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