A la redacción de CubitaNOW, llega el testimonio de un cubano que necesita ayuda, el joven que se identifica como Daulin Caminero lleva un mes viviendo en un aeropuerto de Minsk, capital de Bielorrusia.

Caminero cuenta su difícil situación, sin un sitio para dormir y pasando el día con un poco de té, pan y papas hervidas.

Pero lo más difícil, no es el desgaste físico, es la incertidumbre de lo que va a suceder con él.

Nadie le brinda información, los representantes de la aerolínea Belavia con la que voló a ese país no le hace caso, pero los diplomáticos cubanos en esa nación tampoco le ofrecen ayuda.

“Me ignoran”, escribe desesperado, y uno solo puede pensar en lo que se siente estar en un país donde hasta el idioma es extraño, si que nadie se preocupe por ayudarte, o siquiera te brinde un poco de apoyo.

Parecería que estamos relatando un fragmento del filme La Terminal, de Steven Spielberg, pero esto está sucediendo ahora mismo.

El joven revela “no me alimento bien en más de un mes, aquí solo como en la mañana pan y té; al mediodía papas hervidas con una especie de hamburguesas extrañas y en las tardes de 6 a 7 de la tarde pan y te de nuevo, hasta el otro día las 9 y pico 10 de la mañana. Ya no aguanto más”.

Daulin Caminero lleva meses rebotando de aeropuerto en aeropuerto, sin encontrar la forma de establecerse en un país o regresar a Cuba.

El pasado mes diciembre voló de Cuba a Rusia, luego de un mes se aventuró con unos amigos a viajar a Macedonia, buscando un sitio que les dejara ingresar pero esa nación no los recibió y como hicieron tránsito en Estambul para allí los regresaron. Estambul los envió 4 veces a Rusia y ese país los retornó a Estambul.

Allí consiguió un boleto para volar a Serbia pero, allí tampoco pudo entrar, sus amigos al parecer sí lo lograron. Pero él fue devuelto a Minsk, Bielorrusia.

Desde entonces sus empeño por salir de ese aeropuerto ha sido infructuoso, la aerolínea no le vende un pasaje para continuar a otro sitio pero tampoco le dan información de cómo retornar a Cuba.

“Yo no quería volver a Cuba por la situación que todo el mundo sabe, pero si no tengo opción quiero volver” explica en su desesperación.

Su reclamo es claro, ayuda, orientación del Consulado cubano en Bielorrusia o de cualquier buen samaritano.

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