En un nuevo gesto de apoyo, China envió el domingo un segundo lote de donaciones para el sistema eléctrico cubano, que incluye piezas y accesorios para los generadores eléctricos. Este donativo forma parte de los acuerdos de cooperación entre ambos gobiernos, impulsados por los presidentes Miguel Díaz-Canel y Xi Jinping.

El embajador de Cuba en China, Alberto Blanco, agradeció públicamente al Partido Comunista de China, al pueblo y al Gobierno de ese país por su contribución a la recuperación de la generación distribuida de energía en Cuba. A través de su cuenta en la red social X, Blanco subrayó que estos suministros son esenciales para paliar las afectaciones recientes en el Sistema Eléctrico Nacional, que ha sufrido apagones prolongados debido a fallos en sus infraestructuras.

Este proyecto de ayuda forma parte de una serie de acuerdos bilaterales de cooperación multisectorial entre Cuba y China, que incluyen áreas clave como energía, transporte, seguridad alimentaria, y comercio, así como la promoción conjunta de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para el Desarrollo y la Seguridad Global. Sin embargo, si bien el apoyo chino es bienvenido por La Habana, la creciente dependencia de Cuba de este aliado asiático no deja de generar inquietudes sobre las implicaciones a largo plazo para la soberanía económica de la isla.

El reciente envío de donaciones no es un hecho aislado, sino parte de un contexto más amplio de colaboración entre ambos países. En los últimos meses, Cuba y China formalizaron un proyecto de inversión en energías renovables, que incluirá la instalación de siete parques fotovoltaicos en seis provincias cubanas, lo que debería contribuir a mejorar la capacidad energética del país. Aunque estos proyectos son cruciales para la recuperación económica de Cuba, también incrementan su dependencia de China, lo que podría implicar un mayor control de Beijing sobre sectores clave de la economía cubana.

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