Cuba logró concretar cuatro de los 57 proyectos de la cartera de negocios del Ministerio de Agricultura de Cuba (MINAG ) de 2022 lo que representa un 7 % del total, expone en una nota Efe.

La agencia de noticias utiliza información ofrecida por las autoridades de la isla esta semana pues el director de Relaciones Internacionales del MINAG , Orlando Díaz Rodríguez compareció en conferencia de prensa.

Díaz Rodríguez aseguró además que el número de negocios concretados representa un "avance".

También dijo que “las cuatro firmas constituidas están dirigidas a actividades estratégicas como la producción de carne de cerdo”.

El director de Relaciones Internacionales del MINAG afirmó que “para el período 2022-2023, hay una ligera ampliación a 59 oportunidades de inversión en áreas para sectores como el agroforestal con el fin de ampliar ‘la oferta para exportar' así como depender menos de las importaciones”.

De acuerdo con el funcionario del MINAG  “entre los principales retos para este año está aumentar la producción, aumentar la oferta interna y disminuir los precios”.

Orlando Díaz Rodríguez asume el discurso gubernamental mostrando a Cuba como un potencial para la inversión extranjera, en este caso en el área agroalimentaria, que, según las cifras dadas por él mismo “emplea a más de 831.000 personas- y que como prueba de ello está la superficie de tierra sin cultivar que puede utilizarse”.

Este martes en conferencia de prensa el directivo del MINAG  señaló que “de una superficie total de 11 millones de hectáreas, 3,7 están sin cultivar, de las cuales 16,4% son ociosas”.

Efe recuerda que en Cuba “el Estado tiene un papel predominante en todo el proceso productivo; es el proveedor de insumos y el que compra las cosechas, aunque las tierras estén en manos privadas”.

Aludiendo a datos de las Naciones Unidas, la mayor de las Antillas depende de un 80 por ciento de importaciones para el consumo interno de alimentos.

Desde 2022, el propio régimen de La Habana admitió que “la agricultura cubana no logra los niveles productivos necesarios para satisfacer la demanda de productos para los diferentes destinos” y aprobó ese año la Ley de Seguridad Alimentaria que continúa sin dar los frutos esperados.

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