Miembros de la organización Liga de Campesinos Independientes, lanzó la convocatoria a los agricultores del país para entregar de manera gratuita al pueblo ayuda alimentaria. El objetivo es evitar el potencial peligro de una hambruna en el país.

Las campañas de descrédito hacia los sectores productivos es permanente. El régimen busca limpiar su culpa y usar al sector privado como chivo expiatorio.

Para acabar con la retórica de la dictadura los hombres y mujeres del campo extienden su mano al pueblo, como diría una de las activistas de la Liga de Campesinos: “Hoy, regalando alimentos al pueblo… somos parte de él. Queremos que sepan que no queremos robarle nada, solo que termine el bloqueo interno que existe contra quienes queremos emprender".

Abascal, miembro de esta iniciativa, precisó: "Las autoridades siempre tratan de hacer ver al Estado como protagonista en todo, pero lo que está por ver es si en esta ocasión no tratan de interferir con represión, como ya han hecho cuando se han propuesto otros proyectos de este tipo".

Los agros están vacíos porque el gobierno incumple con el acopio y los pagos de los productos contratados. La persecución de los productores e intermediarios genera temor y provoca el cese de las actividades comerciales y de abastecimiento de productos agrícolas.

Los precios topados y la inflación ponen al pueblo cubano en la peor incertidumbre económica de las últimas décadas. La “Tarea Ordenamiento” ha consistido en el abandono inmediato de las obligaciones del “Estado paternalista”. El gobierno deja a su suerte a los cubanos, en medio de la crisis del coronavirus.  

Esta realidad no escapa al campesinado, quienes al ver lo inevitable toman cartas en el asunto. En estos momentos es vital separarse de la sombra del régimen y hacer lo que esté al alcance por el cubano vulnerable.

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