Antony Blinken y María Elvira Salazar debaten sobre la decisión de sacar a Cuba de la lista de países que no cooperan contra el terrorismo

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 23 de mayo de 2024

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El pasado 6 de mayo, el gobierno de Estados Unidos decidió retirar a Cuba de la lista de países que no cooperan plenamente en la lucha antiterrorista, una medida que ha generado controversia y reacciones opuestas en el ámbito político estadounidense. Aunque Cuba aún permanece en la lista negra de Estados patrocinadores del terrorismo, la decisión de sacarla de la lista de no cooperación ha desatado una intensa disputa entre miembros del Congreso y el Departamento de Estado.


Durante una acalorada sesión en la Cámara de Representantes, el secretario de Estado, Antony Blinken, enfrentó un duro interrogatorio por parte de la representante María Elvira Salazar, una de las críticas más vehementes de la administración Biden en relación a la política hacia Cuba. La sesión, que rápidamente se convirtió en un tenso intercambio, puso en evidencia las profundas divisiones sobre cómo manejar la relación con la isla caribeña.


Salazar, representante por Florida, cuestionó vehementemente la decisión del gobierno y expresó su preocupación por las posibles implicaciones de este cambio de política. "Estos dos hechos son una clara indicación de que ustedes tienen toda la intención de sacar a Cuba de la lista de terroristas, pese a que Cuba apoya a Hamás y alberga a terroristas fugitivos", afirmó Salazar, refiriéndose también a la reciente inspección de funcionarios del Ministerio de Transporte cubano en el Aeropuerto Internacional de Miami.


Blinken defendió la medida argumentando que las circunstancias habían cambiado, particularmente en el caso del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia. Explicó que el gobierno colombiano ya no estaba solicitando la extradición de los líderes del ELN, lo que influyó en la decisión de remover a Cuba de la lista de países que no cooperan plenamente. "En el caso del ELN, Colombia ya no pedía la extradición de los líderes guerrilleros, por lo que cambiaron las condiciones", señaló Blinken.


Sin embargo, Salazar no se mostró convencida por la explicación del secretario de Estado. "Eso es solo una excusa, señor", replicó la legisladora. La representante por Florida insistió en que Estados Unidos debe mantener una postura firme contra el régimen Cubano y revisar constantemente sus acciones. Salazar exigió un compromiso claro de Blinken y del gobierno de mantener a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.


La respuesta de Blinken fue cautelosa, indicando que no había planes inmediatos para retirar a Cuba de la lista negra, pero que la situación sería revisada según fuera necesario. Esta ambigüedad no apaciguó a Salazar, quien continuó presionando al secretario de Estado para obtener un compromiso más firme.





Después de la sesión, Salazar habló con NTN24 y reiteró sus preocupaciones, sugiriendo que el gobierno de Biden está preparando el terreno para eventualmente sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. "Han tomado dos pasos antes de sacar a Cuba de la lista de países terroristas que me indican que eso es lo que están pensando", afirmó Salazar. La legisladora agregó que el gobierno está alineando los tiempos para cumplir con el periodo de seis meses que requiere el proceso de remoción de la lista.


La controversia sobre la política hacia Cuba refleja las tensiones más amplias en la política exterior de Estados Unidos y la división entre los enfoques de línea dura y aquellos que abogan por un compromiso más flexible. La decisión de retirar a Cuba de la lista de no cooperación es vista por algunos como un paso hacia una relación más normalizada, mientras que otros, como Salazar, la interpretan como una señal de debilidad frente a un régimen que consideran opresivo y asociado con actividades terroristas.


El debate continúa, y queda por ver cómo se desarrollarán las políticas futuras hacia Cuba y si las preocupaciones expresadas por Salazar y otros legisladores influirán en las decisiones del gobierno de Biden. La situación subraya la complejidad de las relaciones internacionales y la dificultad de equilibrar la seguridad nacional con los objetivos diplomáticos a largo plazo.


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