La inseguridad sigue creciendo en las calles de Cuba, y con ella, la desesperación de los ciudadanos que se sienten desprotegidos por un sistema policial ineficaz y colapsado. En un nuevo hecho que evidencia esta crítica situación, un presunto ladrón fue capturado por los propios residentes de una vivienda en Santiago de Cuba, quienes lo sorprendieron en pleno acto delictivo.
Según informó el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada desde su perfil en Facebook, el incidente tuvo lugar en la calle Santa Bárbara, entre B y C, del Reparto Los Pinos.
El sujeto entró sin autorización a una vivienda con claras intenciones de robo, pero no contaba con la reacción rápida de los moradores, quienes lo redujeron y posteriormente lo entregaron a la policía.
“Aún no se conoce la identidad del malhechor, ni si logró llevarse algún objeto de valor”, detalló Mayeta. Sin embargo, lo que sí quedó claro para los residentes y los testigos es que ya no pueden esperar que las autoridades actúen con eficacia.
"La captura del ladrón por los propios vecinos refleja un fenómeno cada vez más común en la Isla: la autodefensa como respuesta a la ausencia de protección estatal", dijo Mayeta
“Lamentablemente, en unos días volveremos a ver a este ladrón nuevamente libre”, lamentó el periodista, en referencia a la práctica habitual de liberar a los delincuentes poco después de ser detenidos, ya sea bajo fianza o a la espera de juicio.
Esta impunidad, sumada a la reiteración de delitos, ha incrementado la desconfianza de la población en las instituciones encargadas del orden y la seguridad.
Este hecho no es aislado. En el municipio de Songo-La Maya, también en Santiago, los vecinos capturaron recientemente a un joven menor de 20 años que intentaba robar en la comunidad. Lo detuvieron antes de que llegara la policía y lo entregaron a las autoridades, como muestra de una comunidad harta de vivir con miedo.
La escalada de criminalidad está siendo alimentada por la grave crisis económica que atraviesa Cuba: el desempleo, la inflación, la escasez de alimentos y la falta de expectativas han llevado a muchos jóvenes —y no tan jóvenes— a delinquir.
Mientras tanto, la respuesta del Estado sigue siendo insuficiente, desorganizada y, en muchos casos, inexistente.
En este contexto, los ciudadanos han empezado a organizarse, alertarse entre sí, y actuar directamente cuando se sienten amenazados.
No se trata solo de casos aislados, sino de una tendencia creciente en barrios de toda la isla, donde los vecinos ya no confían en que la policía llegue a tiempo, o siquiera actúe con resultados.
La captura del ladrón en Santiago de Cuba, reportada por Yosmany Mayeta, dice que "esto es un nuevo ejemplo de cómo la población se ve forzada a asumir roles que corresponden al Estado. Una muestra más del deterioro institucional que sufre Cuba, y del coraje de comunidades decididas a no dejarse vencer por el miedo".
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