Trabajadores de la Empresa Eléctrica en Guantánamo instalan bombillos eléctricos en el alumbrado público para reducir las llamadas “zonas oscuras” de la ciudad, ante la escasez de luminarias con dicho propósito.

Aunque desde hace un tiempo se emplean tales bombillos en el alumbrado público, ahora planean generalizar la “inventiva” en la urbe para responder a la demanda de la población, que informa a la entidad responsable de las múltiples áreas sin alumbrar.

El director comercial de la Empresa Eléctrica, Otoniel Argüello Pileta, dijo que a la misma le asiste la responsabilidad del mantenimiento e instalación de luminarias con nuevas tecnologías. Sin embargo, ahora se generaliza una inventiva a base de bombillos ahorradores, debido a la escasez de recursos en el país para adquirir transformadores y bombillos de diferentes niveles de potencia.

En declaraciones a la prensa oficialista local, Argüello, dijo que se trata de una práctica a nivel nacional con la que han dado “solución a los planteamientos que han ido surgiendo” y además mejoran “la calidad del servicio que le prestamos a la población”.

De igual modo, el directivo comunicó que se sustituyen con tecnología LED los alumbrados en las principales avenidas del territorio, mientras se ejecutarán obras con carácter provisional y definitivo en instalaciones turísticas, universidades, parques y otras áreas de recreación.

En varias ocasiones, los cubanos han denunciado en distintas ciudades del país la escasez de iluminación en las calles, un factor que coincide con una oleada de violencia y asaltos. En marzo, una internauta señalaba el peligro en la provincia de Matanzas donde varios barrios permanecían sin luminarias en la noche.

“Miren mi cuadra a las 7 y 17 minutos de la noche. Mete miedo. Las luces que se ven a lo lejos son detrás de la bahía matancera. Esto es la parte alta del Reparto Reinol García. Temo salir. De los portales se llevan las luces. A nosotros nos llevaron dos lámparas LED”, dijo.

“Vivo cerrada entre rejas. A mi casa entraron un día a las 10 y 20 de la mañana. La suerte me dio tiempo de tirar la puerta y llamar a la policía. Mi casa está enrejada y vivo detrás de ellas. No hay otra solución. Hay que cuidarse”, subrayó entonces.

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