Migrantes cubanos y venezolanos que buscan llegar a la frontera suroeste de Estados Unidos enfrentan nuevas dificultades en el norte de México, ya que las líneas de autobuses en Monclova, Coahuila, les impiden comprar boletos para viajar hacia importantes puntos fronterizos como Acuña y Piedras Negras.

Incluso aquellos con documentos migratorios válidos, como credenciales con fotografía, no pueden abordar los autobuses. Los conductores temen represalias legales o laborales por transportar a migrantes extranjeros, según el defensor de derechos humanos Daniel González. Este temor ha llevado a un trato inhumano hacia los migrantes, quienes solo desean llegar a la frontera.

Los migrantes que preguntan al personal de las líneas de autobuses cómo pueden llegar a la frontera reciben respuestas irrealistas, como “a pie”, a pesar de la distancia de 300 kilómetros y las temperaturas extremas de la región, advierte González.

Daniel González, mexicano y defensor de derechos humanos, denunció esta práctica como una violación de los derechos humanos de los migrantes. “Cubanos y venezolanos se están estancando en Monclova porque en la central camionera las líneas no les venden boletos y ni modo de desplazarse caminando 300 kilómetros a la frontera”, declaró desde el perfil Alerta Roja Monclova.

Las autoridades migratorias en México condicionan la expedición del permiso de internamiento humanitario a la restricción de movimiento hacia la frontera. En la central de autobuses, el personal discrimina a los migrantes negándoles la venta de boletos basándose en su acento y apariencia, según la denuncia.

El regidor de derechos humanos en Monclova subrayó la necesidad de una acción legal para proteger los derechos de los migrantes, muchos de los cuales ya poseen una tarjeta de identificación emitida por el Instituto Nacional de Migración (INM) a través de la Secretaría de Gobernación.

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