Los cubanos siguen pidiendo ayuda en las redes sociales ante la escasez de medicamentos.
“Norberto vive en San Miguel del Padrón (La Habana), es padre de una niña de 11 años con necesidades especiales”, dijo Yankiel Fernández, creador del proyecto Aliento de Vida.
“Su niña de 11 años está convulsionando por no contar con el tratamiento que necesita: Val pro a to de So di o 500 mg; Clo ba za m 20 mg; Car ba ma ze pi na 200 mg; Pi ra ce ta m 800 mg y Par ki so nil 2mg”.
“Si alguien puede ayudar que se comuniquen con el padre al 58-04-77-06 o con el equipo Aliento de Vida”.
Ante la petición en Facebook, varios cubanos se ofrecieron a ayudar a la niña de 11 años. “Soy de San Miguel del Padrón, vivo en el reparto Martín Pérez, te puedo ayudar con la carbamazepina”; “yo tengo valtruato de sodio, vivo en Jagüey Grande” y “tengo carbamazepina, soy de Lawton”, comentaron.
Otros lamentaron los problemas con los medicamentos en Cuba.
“Ojalá encuentren a alguien con esos medicamentos que pueda ayudarla el piracetam que está a nivel de hospital, que antes era donación y después empezaron a fabricarlos aquí en Cuba, hace meses que no entra a la farmacia de los hospitales. Al parecer no se está produciendo pues yo lo tengo que tomar y hace meses no hay, igual que el clonazepam de farmacias normales. En un año y tres meses solo he podido comprar una vez, contó una cubana desde La Habana.
“Es triste ver como en este angustioso país ni mejorarse se puede y es una lastima que esos niños que merecen estar sanos, o al menos mejorar sus dolencias, tengan que pasar por esto. Ya a mí me da igual, tengo 66 años y debía tener una vejez más tranquila de salud o mejoría, pero me duele ver a un niño en esas condiciones porque ya yo viví pero ellos merecen vivir una vida más saludable. Ojalá y alguien pueda ayudar a esos ángeles que les tocó estar en una sociedad sin esperanzas”.
“Tengo un sobrino que está totalmente descuidado. No tiene atención de nada ni de nadie. Mi hermana vive en un lugar donde ni siquiera hay cobertura. El niño de 21 años no lo pueden sacar de la casa por los ruidos, convulsiona. Mi hermana apenas puede con él. Toma de todos esos medicamentos y no aparecen nada, pero tampoco ninguna organización se preocupa por él. Esto pasa de castaño y cada vez que veo algo como esto, me hierve la vida. ¿Dónde iremos a parar? Ojalá que los corazones buenos que todavía quedan, ayuden a la niña. Qué Dios la bendiga mucho y los ayude”, expresó una cubana.
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