La producción de leche en Cuba ha tocado fondo en los últimos años, evidenciando la falta de planificación, la obsolescencia de la infraestructura ganadera y la desorganización en los procesos de entrega a la industria. A pesar de que en 2019 se lograron acopiar 92 millones de litros de leche, en 2023 la cifra apenas alcanzó los 42 millones, lo que representa una caída alarmante del 54%. Si bien los datos de 2024 aún no son oficiales, todo indica que la situación es aún más grave, dadas las condiciones precarias de la ganadería en la isla.
El caso de la finca El Maguey, en Najasa, Camagüey, de Carlos Isel Hidalgo, uno de los productores más destacados en la región, es solo un ejemplo de los esfuerzos por mejorar los niveles productivos. Sin embargo, sus esfuerzos chocan con la realidad de un sistema productivo lleno de contradicciones y obstáculos. La falta de recursos para mejorar la genética del ganado, la ineficacia de la inseminación artificial, el mal estado de los caminos y la escasez de insumos fundamentales son solo algunos de los factores que contribuyen a la debacle.
A pesar de que las autoridades afirman que el 55% de natalidad no es un objetivo difícil de alcanzar, en Camagüey la tasa apenas llega al 35-40%. La situación es aún más preocupante cuando se considera que la lactancia de las vacas debería garantizar una producción mucho mayor, con un promedio de 3.5 litros por vaca al día. No obstante, el descontrol en la distribución de leche, el incumplimiento de los productores con las cuotas de entrega y el desvío de producto hacia mercados informales complican aún más la situación.
A nivel estructural, el sistema de control es defectuoso. Según los datos, aunque el Cencop señala que existen más de 11,000 productores, la industria solo registra alrededor de 8,000, de los cuales casi la mitad no cumplen con sus entregas. Esta disparidad revela la falta de transparencia y la debilidad del sistema de acopio, que se ve incapaz de hacer frente a la cantidad de incumplidores.
Por otro lado, la situación de los precios y los pagos también refleja una gestión ineficaz. A pesar de que los productores han mejorado los pagos en los últimos meses, la industria sigue enfrentando severos problemas financieros, debido a los atrasos en los pagos y la incapacidad para procesar productos como el queso fundido, que genera importantes ingresos. La falta de insumos básicos, como las sales fundentes para la producción de queso, subraya la crisis de recursos que afecta a la industria.
Además, el fenómeno del marabú, una planta invasora que ocupa vastas áreas de tierra destinada a la ganadería, ha empeorado la situación. A pesar de los esfuerzos por erradicarla, la falta de recursos para realizar trabajos de limpieza y mantenimiento agrava aún más la situación de la ganadería.
Denuncia del profesor Pedro Albert Sánchez (tomado del perfil de Jenny Pantoja Torres)
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