El 13 de enero, en el Km 141 de la Autopista Nacional, las autoridades de Jagüey Grande interceptaron un camión que transportaba 42,900 files de huevos sin los documentos legales correspondientes. El vehículo, que viajaba de Cienfuegos hacia La Habana, llevaba la carga destinada a una MIPYME en la capital, pero la factura presentada era falsa, con tachaduras y sin firmas, lo que alertó a los inspectores. El chofer, Dayron Medina Hernández, y el representante de la mercancía, Mario Sergio García Villegas, alegaron que los huevos fueron cargados en tres polleras de Cienfuegos, pero al verificar con las autoridades locales, se descubrió que los productos debían haber sido enviados a un destino social, no a un negocio privado.
El camión fue detenido y los responsables de la carga serán trasladados a Cienfuegos para enfrentar cargos por este desvío de productos básicos, en lo que se considera un delito contra el orden económico. La operación resalta la continua vigilancia sobre la distribución de productos esenciales y la lucha contra el mercado negro.
La combinación de la crisis alimentaria y la devaluación del peso ha llevado a un aumento en los robos de productos básicos. El robo de 42,900 filetes de huevos en Jagüey Grande es un ejemplo de cómo la escasez y la devaluación han incentivado actividades delictivas relacionadas con alimentos.
La falta de recursos y la disminución del poder adquisitivo han obligado a muchos a recurrir al mercado informal o a actividades ilícitas para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Esta situación subraya la necesidad urgente de políticas que aborden la inseguridad alimentaria y estabilicen la economía para mejorar las condiciones de vida de la población cubana.
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