El pasado domingo, un robo ocurrido en un restaurante de Washington D.C. ha puesto en evidencia tanto la vulnerabilidad de los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE. UU. como el creciente enfoque de la administración sobre los delitos cometidos por inmigrantes en situación irregular. El fiscal federal para el Distrito de Columbia, Ed Martin, informó que el principal sospechoso del robo del bolso de Kristi Noem, secretaria del DHS, había ingresado ilegalmente al país.
El incidente ocurrió en el Capital Burger, un conocido restaurante de la capital estadounidense, mientras Noem cenaba con su familia. Según las autoridades, un hombre con el rostro cubierto se acercó a la mesa de la funcionaria, y de manera sigilosa, utilizó su pie para acercar su bolso hacia él. Luego, lo escondió bajo su chaqueta y salió del establecimiento sin levantar sospechas, a pesar de que dos agentes del Servicio Secreto estaban en el lugar.
El bolso robado contenía objetos personales y documentación sensible, incluyendo una suma de 3.000 dólares, tarjetas de crédito, un pasaporte, cheques en blanco, así como credenciales de acceso al DHS y otros artículos que podrían ser utilizados de manera indebida. Este hecho genera una preocupación significativa, ya que compromete tanto la seguridad personal de la funcionaria como la confidencialidad de la información oficial en poder del DHS.
Aunque el fiscal Martin aseguró que, por el momento, no hay evidencia de que el robo estuviera relacionado con el cargo de Noem, se subraya la habilidad del ladrón en la ejecución del acto, lo que sugiere que no se trató de un crimen improvisado. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran cómo el sospechoso inspeccionó el lugar antes de cometer el delito.
El fiscal también destacó que el hombre arrestado no tenía permiso para estar en EE. UU., lo que ha generado una intensificación del enfoque federal sobre la deportación de inmigrantes ilegales. “No volverá a estar en las calles de América”, expresó Martin en una entrevista. El caso ha sido catalogado como una operación delictiva bien organizada, y un segundo sospechoso también en situación migratoria irregular sigue siendo buscado por las autoridades.
Además, el caso ha sido tomado en cuenta por la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que participa activamente en la investigación y en la preparación de cargos contra los implicados en el robo, en línea con la política migratoria más estricta del gobierno federal.
A pesar de la seriedad del incidente, el Servicio Secreto ha evitado comentar sobre las medidas de seguridad implementadas en el restaurante. Noem, por su parte, prefirió no hacer declaraciones sobre el caso, citando que aún no estaba resuelto.
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