La titular olímpica y mundial de salto de altura, la ucraniana Yaroslava Mahuchikh es una mujer con la que solo no se habla de deportes. Su amada tierra invadida por Rusia es un dolor profundo en su pecho, en el mismo sitio donde atesora sus grandes éxitos, entre ellos el récord del mundo roto después de 37 años.
Esta muchacha, nacida hace 23 años en Dnipro no regresa a casa desde que compitió en el Campeonato Mundial Indoor de Glasgow, Escocia en marzo pasado. La esbelta joven ha contado con el apoyo de sus patrocinadores a quienes agradece lo que han hecho con su mamá, hermana y sobrina, proporcionándoles donde vivir en tan dura situación.
La guerra desgarra el alma y es casi imposible que Yaroslava haya podido mantener su clase en todos los eventos del año, Diamante, Mundial Techado y Juegos Olímpicos.
La ucraniana rindió homenaje a las diversas federaciones deportivas, internacionales y nacionales, que han ayudado a los atletas ucranianos a encontrar nuevas bases de entrenamiento durante la guerra y los han recibido con los brazos abiertos.
"A pesar de ello, Ucrania sigue en mi mente y mi corazón. Mi hogar estaba y sigue estando en Ucrania, en Dnipro, mi ciudad, mi apartamento".
Dnipro, en el centro-este de Ucrania, está ahora cerca de la primera línea del conflicto. "Mucha gente se quedó en casa, en Dnipro; algunos están en Polonia". esta conflagración nos ha privado a todos de nuestro hogar, de nuestra patria. Por supuesto que todos quieren volver a casa. Hace poco hablé con mi hermana. Le dije que quería volver a casa, volver a la vida normal, vivir sin el sonido de las sirenas".
Sin embargo la propia plusmarquista del orbe aseguró: "Leo las historias de los que vuelven de Polonia y todavía no es seguro porque incluso ahora los misiles explotaron en mi ciudad".
Yaroslava Mahuchkh, en plena y rebosante juventud, reina del salto de altura en el planeta ve transitar su existencia entre sonrisas y llanto. En Belgrado recibieron sus triunfos con mucha alegría y para ella es importante proporcionar una inyección de moral a sus compatriotas.
"A la luz de toda la información negativa, la gente oía buenas noticias y podía sonreír. Y lo conseguí, porque la gente me dio las gracias por traer sonrisas y alegría", recuerda Mahuchikh. "Después de la competición participé en ruedas de prensa e incluso antes pasé por la zona mixta. Por supuesto, como ganadora recibes más atención de los medios de comunicación que un medallista de plata o bronce. Eso fue una motivación extra y entonces podía expresar mi sentir sobre la situación actual de mi país".
Paralelamente, la ucraniana se duele por las consecuencias devastadoras que ha tenido para su tierra la guerra con Rusia: "Sabes que puedes conseguir un resultado en las competiciones y luego hablar con los periodistas y ellos lo publicarán. Después de romper el añejo récord de la búlgara Stefka Kostadinova, tuve muchas solicitudes de entrevistas. Puedo ayudar a través de mis resultados a nivel deportivo, que me dan la oportunidad de hablar con los medios de comunicación; quiero que la gente sepa que somos una nación muy fuerte, que ha pasado por muchas cosas en la historia de Ucrania y ha sufrido mucho. Pero sé que somos fuertes y que sobreviviremos a todo. Solo tenemos que creer en nosotros mismos".
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