La Policía de Hialeah incrementó la recompensa ofrecida al público por información que permita dar con los responsables del asesinato de Kevin Ramírez, de 18 años, y Christian Contreras, de 20, dos barberos que fueron hallados muertos a tiros dentro de un apartamento el pasado 29 de julio. Cuatro meses después, el caso sigue sin sospechosos, sin arrestos y sin una pista clara que explique lo sucedido, mientras las familias imploran justicia.
El crimen ocurrió en el complejo residencial Atlántico at Aquabella, donde ambos jóvenes fueron encontrados sin vida dentro del apartamento de Kevin. Según las autoridades, no hubo señales de entrada forzada, un detalle que, lejos de aclarar la investigación, ha añadido más interrogantes.
En una reciente conferencia de prensa, la Policía de Hialeah hizo un nuevo llamado a la comunidad para que colabore con cualquier dato, por insignificante que parezca. El vocero del departamento, Eddie Rodríguez, recalcó que el caso continúa activo: “Por muy pequeña que sea la información, puede llevarnos a un arresto”. El aumento de la recompensa a $15,000, gestionado a través de Crime Stoppers, busca incentivar a posibles testigos a dar el paso.
Las familias de Kevin y Christian, devastadas por la pérdida, participaron en el encuentro con los medios. Orlando Ramírez, padre de Kevin, describió a su hijo como un joven alegre, trabajador y lleno de aspiraciones: “Kevin quería ser barbero, y lo logró. Tenía toda una vida por delante, pero se la arrebataron”. A su lado, su madre, Vicky Jurado, expresó entre lágrimas: “Es mi único hijo. Para mí la vida se me fue. Solo pido justicia. Si alguien sabe algo, por favor, ayúdennos”.
La familia de Christian también habló con profundo dolor. Su madre, Norma Flores, lo recordó como un joven respetuoso, amoroso y guiado por la fe. “A veces camino por la calle y quisiera irme con él”, confesó. La desesperación la llevó a pedir a la comunidad que se involucre: “Hoy somos nosotros, mañana pueden ser ustedes”. Su padre, Óscar Contreras, resumió el sufrimiento familiar con una frase que estremeció a los presentes: “Nos han matado a nosotros también”.
La policía insistió en que, aunque el tiempo pasa, la investigación no se ha detenido. Sin embargo, sin testigos dispuestos a hablar o pistas contundentes, el proceso avanza con dificultad. Las familias, por su parte, aseguran que seguirán luchando para que el caso no se enfríe y no quede impune.
Las autoridades piden que cualquier persona con información contacte a Crime Stoppers de Miami-Dade al 305-471-TIPS. Las llamadas pueden hacerse de forma completamente anónima.