Un artículo de la revista estatal Alma Mater, sugiere que la capital de Cuba, La Habana, no tiene ninguna estrategia a corto plazo para solucionar el problema de la basura en las calles.
“Miremos alrededor: no toda la ciudad se ve igual; no todos los camiones colectores/compactadores pasan, o pasan a su hora; no todos los vinculados directamente a la recogida llevan su módulo de uniforme correspondiente; no toda la vecindad lleva, a su hora y a su lugar, la basura doméstica”, advierte la nota como causas fundamentales de la situación.
“La sostenibilidad es complicada”, señala el artículo que continúa haciendo recaer sobre la disciplina ciudadana la solución.
“La ciudad se ve sucia en muchas partes, sobre todo donde la afluencia de público es multitudinaria y la disciplina social muestra poca disposición para contribuir, al menos, a que en las calles haya menos estropicio del existente”, dice.
A modo de lamento expresa “en países del primer mundo navegan los recursos para sus servicios comunales, pero nadie se atreve a arrojar con disimulo o en franco desparpajo no ya una lata de refresco o cerveza, ni siquiera la envoltura de un mínimo caramelo”.
Según la investigación de Alma Mater, los dos millones 132 mil 394 habitantes que tiene La Habana, generan por día, 24 mil metros cúbicos de basura.
Los servicios comunales de la capital del país nunca han podido trasegar tanto detritus. No bastan. No alcanzan sus 13 mil trabajadores promedio, ni los 80 camiones colectores, asignados a los municipios habaneros; tampoco los 40 camiones de volteo, 15 mini-cargadores, 50 podadoras de motor, 25 motosierras para acciones de poda y 15 camionetas destinadas al control y fiscalización de los procesos por las direcciones municipales.
Dos caballos militares se liberaron y corrieron descontrolados por las calles de Londres.
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