Un creciente número de cubanos dentro y fuera del país ha comenzado a promover un boicot a las recargas internacionales de telefonía móvil como respuesta al reciente aumento de precios en los servicios de internet anunciado por la estatal ETECSA. Esta medida ha sido calificada como una forma de “apartheid digital” que agrava la ya profunda desigualdad social en la isla.
La activista cubana radicada en Miami, Saily González Velázquez, declaró a Martí Noticias que, aunque nunca llamaría a suspender envíos de comida o remesas, sí considera necesario frenar las recargas, dado que estas no constituyen un elemento esencial para la supervivencia diaria. “No les va a afectar grandemente que no puedan acceder a más datos. Esto puede ser un mensaje claro al régimen”, aseguró.
González subrayó que es el exilio cubano quien tiene la capacidad de ejercer presión real sobre el Gobierno, y llamó a detener el flujo de divisas hacia ETECSA como forma de resistencia ante lo que calificó como una extorsión sistemática.
En un intento por justificar el alza tarifaria, el gobernante Miguel Díaz-Canel aseguró en su pódcast Desde la Presidencia que la medida busca evitar el colapso tecnológico del país. Según Díaz-Canel, el sistema de telecomunicaciones enfrenta un “desplome inminente” por falta de recursos para su sostenimiento.
La presidenta de ETECSA, Tania Velázquez, también defendió el incremento señalando que muchas radiobases se encuentran inoperativas o sin baterías, y que los cortes eléctricos las dejan fuera de servicio. No obstante, muchos cubanos acusan a la empresa de no haber reinvertido adecuadamente los millones recaudados a través de las recargas internacionales durante años.
En medio de la indignación, ETECSA lanzó una nueva promoción por el Día de los Padres que ofrece 25 GB y navegación ilimitada en horario nocturno por 35 días, exclusivamente para recargas realizadas desde el extranjero. Esta estrategia fue percibida por muchos como una provocación.
“Están lanzando una promoción justo después de anunciar el tarifazo, como si quisieran medir fuerzas”, comentó González, quien advirtió que este tipo de ofertas solo contribuyen a incrementar la inflación en el mercado informal del dólar, lo que repercute directamente en el precio de alimentos y productos básicos.
Desde Pinar del Río, la ciudadana Lesvya Vázquez señaló que el acceso a internet, que debería ser una herramienta para la información y el desarrollo, ahora se convierte en un lujo más que el gobierno intenta racionar. “Ya nos racionan la comida, la electricidad y el agua. Ahora quieren hacerlo con la conexión”, lamentó.
Por su parte, usuarios de redes sociales como Marco Alonso han llamado públicamente a no aceptar más “chantajes” por parte del régimen. “Cuando se me acaben los datos, me quedaré sin conexión si es necesario. Esta es la hora de resistir”, escribió en Facebook, apoyando el llamado al parón digital como acto de protesta cívica.
Fuente: Martí Noticias
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