El popular cantante y compositor cubano Cándido Fabré rompió el silencio para denunciar públicamente la detención injustificada de su compañero de orquesta, Ramiro Arzuaga, conocido entre los músicos como “El Moro” o “El Indio”, quien lleva más de siete meses encarcelado sin cargos en la prisión de San José, provincia de Mayabeque.
A través de su perfil oficial en Facebook, Fabré expresó su preocupación y frustración por la falta de respuesta de las autoridades cubanas.
“Ruego a Dios por la salud de todos los enfermos y por la libertad de mi compañero Ramiro Arzuaga, preso sin ningún delito. Allí, en todos los registros, está limpio”, escribió el artista, acompañando su mensaje con palabras de aliento para la familia del detenido.
El músico subrayó el impacto humano de esta situación:“Su hijo está huérfano y espera por su padre, al igual que nosotros, sus compañeros de trabajo”, lamentó.
Con tono firme, exigió una revisión inmediata del caso y cuestionó abiertamente el prolongado silencio institucional.
“Exijo revisión y su libertad. ¿Por qué tanta demora? ¿A quién le conviene tal injusticia?”, reclamó el músico, visiblemente indignado.
La denuncia de Fabré provocó una ola de solidaridad en redes sociales, donde cientos de seguidores y colegas del artista expresaron su apoyo a la campaña por la liberación de Arzuaga. Muchos coincidieron en que este caso refleja el patrón de arbitrariedad y represión que afecta a numerosas personas en el sistema judicial cubano.
Según Fabré, no existen cargos formales ni pruebas documentadas que justifiquen el encarcelamiento de su compañero, quien fue detenido hace más de siete meses sin haber sido presentado ante un tribunal.
Ramiro Arzuaga, miembro destacado de la agrupación de Cándido Fabré, es recordado por su carisma en el escenario y su energía contagiosa durante las presentaciones del grupo, tanto en Cuba como en el extranjero. Su prolongada ausencia ha sido dolorosa para los músicos, que han mantenido vivo el reclamo de justicia.
“Ramiro no solo es mi compañero de trabajo, es mi hermano. Su lugar en la orquesta está vacío, pero su espíritu sigue con nosotros”, habría expresado Fabré a su círculo más cercano.
Con su denuncia, el artista no solo defiende a su amigo, sino que también pone el foco sobre una realidad que afecta a muchos cubanos: la falta de transparencia y garantías en los procesos judiciales del país.
El mensaje de Fabré —honesto, valiente y profundamente humano— se ha convertido en un llamado a la solidaridad dentro y fuera de la Isla, mientras crece la exigencia de libertad para Ramiro Arzuaga, un músico que, según todos los registros, “está limpio” y no debería estar tras las rejas.