Un memorándum de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), recientemente desclasificado en el marco de la divulgación de archivos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy, ha sacado a la luz detalles sobre los intentos de Fidel Castro por influir en Venezuela desde la década de 1960.
El documento, fechado el 4 de junio de 1964, señala que, pese a los fracasos recientes en países como Venezuela y Brasil, el régimen cubano seguía promoviendo actividades subversivas en América Latina. En el periodo comprendido entre julio y diciembre de 1963, La Habana mantenía la expectativa de replicar su modelo revolucionario en Venezuela, difundiendo propaganda que promovía la inevitabilidad de levantamientos inspirados en la Revolución Cubana.
Sin embargo, a partir de 1964, la estrategia comunicacional del régimen cambió. Aunque se redujeron los llamados directos a la insurrección, la agenda subversiva continuó activa. En su discurso del 26 de julio de 1963, Castro reafirmó su visión de Cuba como el epicentro revolucionario del continente, argumentando que el proceso que llevó a su llegada al poder podía repetirse en otras naciones latinoamericanas.
El archivo también menciona el papel de Ernesto "Ché" Guevara, quien compartía la intención de extender la ideología socialista a nivel regional. A pesar de que la CIA calificó el nivel de actividad cubana en Venezuela como "bajo" en ese momento, el hallazgo de un arsenal de armas cubanas en noviembre de 1963 y el fracaso de una campaña para desestabilizar las elecciones nacionales alertaron a las autoridades venezolanas.
El informe indicaba que, aunque estos fracasos podían frenar temporalmente las operaciones de Cuba en Venezuela, el país seguía siendo un objetivo prioritario para la estrategia expansionista de Castro. Se preveía que el respaldo a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), un grupo guerrillero con afinidad al castrismo, continuaría e incluso aumentaría.
El documento también menciona disturbios en Caracas, San Cristóbal y Mérida en mayo de 1964, protagonizados por estudiantes afines al comunismo, así como asaltos a oficinas postales y robos a instituciones educativas, métodos frecuentemente utilizados para financiar actividades subversivas.
Además de Venezuela, la CIA advirtió que la influencia cubana buscaba expandirse hacia otros países de la región, como Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Perú, contando con el respaldo de la Unión Soviética.
Con el tiempo, los temores expresados en el memorándum se materializaron. Décadas después, Hugo Chávez, tras dos intentos fallidos de golpe de Estado, llegó al poder en 1998, estableciendo un gobierno alineado con Cuba y consolidando una estrecha relación que persiste hasta la actualidad.