Ha muerto un joven de la comunidad La Salud, en Quivicán, Mayabeque, mientras cumplía el Servicio Militar en la unidad El Lombillo. Dicen que llevaba días quejándose de un fuerte dolor, un malestar persistente que nadie quiso tomar en serio.
Los oficiales lo ignoraron, una vez más mostrando la frialdad de un sistema que no escucha, no protege, no cuida. Los padres habían pedido llevárselo, rogaban por su salud, por su vida… pero les dijeron que no, que no era posible. Hoy, ya es tarde. Hoy lo están velando.
"Murió solo, lejos de casa, como tantos otros. Y lo peor: pudo haberse evitado. No lo dejaron salir, no lo escucharon, y esa indiferencia criminal fue su sentencia de muerte."
El dolor de su familia no se puede medir. El dolor de una madre que clama justicia mientras sostiene la ropa de su hijo ya sin vida no puede explicarse en palabras. Porque no es un caso aislado. Porque este no es el primer joven que muere en esas condiciones. Y si no se alza la voz, no será el último.
Mientras los hijos de los jefes esquivan el Servicio Militar cómodamente desde oficinas o incluso desde el extranjero, los jóvenes de a pie —los hijos del pueblo— pagan con la vida. Se les entrena no para defender una patria, sino para soportar maltratos, hambre, abuso y abandono médico. Los padres que una vez creyeron en ese uniforme, ahora entierran a sus hijos por culpa de él.
No hay consuelo suficiente para quienes hoy lo velan. Lo único que queda es el clamor, la indignación, la exigencia. Porque no puede seguir normalizándose que el Servicio Militar siga cobrando vidas, que las familias sigan recibiendo el cuerpo de un hijo que se fue caminando, con sueños, y regresó en un ataúd.
"Historias como esta tienen que abrirnos los ojos, sacudirnos por dentro. No podemos seguir callando ni aceptando como inevitable la muerte de nuestros jóvenes. Cada nombre, cada rostro perdido, es una llamada urgente a decir basta."
Mi más sentido pésame a sus padres, familiares y amigos. Que el dolor se transforme en fuerza, y que esta injusticia no quede enterrada con él.
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