Estados Unidos enfrenta un escándalo político de proporciones inquietantes tras el violento asesinato de la expresidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman y el intento de homicidio del senador estatal John Hoffman y su esposa. El principal sospechoso, Vance Luther Boelter, de 57 años, es un empresario de seguridad privada con un pasado que ahora compromete a las más altas esferas del poder demócrata en ese estado.
Boelter no es un desconocido. Entre 2016 y 2019, fue designado y ratificado por la administración del actual gobernador Tim Walz para integrar el Workforce Development Board, una influyente junta estatal encargada de la planificación económica. Además de su rol público, Boelter dirigía compañías de seguridad con operaciones en África y Medio Oriente, como Red Lion Group y Praetorian Guard, empresas con conexiones militares y paramilitares. Sus convicciones religiosas extremas, cercanas a sectores ultraconservadores, alimentan nuevas teorías sobre su motivación.
"El hallazgo más alarmante fue un manifiesto político hallado en su vehículo, con una lista de más de 70 objetivos potenciales que incluía legisladores estatales, clínicas de salud reproductiva y figuras prominentes del Partido Demócrata". El documento, según fuentes del FBI, revela una planificación minuciosa, ideológica y obsesiva, que podría calificarse como terrorismo doméstico.
El atentado fue ejecutado con precisión militar: Boelter utilizó una patrulla falsa, uniforme de policía y una máscara de látex para evitar ser reconocido. Tras el ataque, logró escapar y permanece prófugo. Las autoridades lo consideran "altamente peligroso", y han ofrecido una recompensa de $50,000 dólares por información que lleve a su captura. El FBI, junto a fuerzas estatales y federales, ha iniciado una operación de búsqueda de amplio alcance.
"¿Sabía el gobernador de Minnesota Tim Walz quién era realmente este hombre? ¿Se pasó por alto alguna señal por conveniencia política o por negligencia?" Estas preguntas crecen en los círculos políticos y mediáticos de Minnesota y del país entero. Para muchos, este no es solo un crimen, sino un síntoma de algo más profundo: la radicalización que avanza silenciosamente en instituciones estatales y redes de poder.
Fuentes: Reuters
Associated Press
CBS News Minnesota
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