Los cargabates son figuras muy queridas en la familia beisbolera. En el caso de las Series Nacionales han existido figuras emblemáticas entre esos personajes que muchas veces extienden sus funciones más allá de la simpleza de guardar un bate o recoger un casco pues se convierten en fieles aliados de los managers a la hora de decidir esta o aquella jugada.
Pepe Pileta, aún activo en Santiago de Cuba, Albertico en Pinar, Estevita con los Industriales y Misifú por Villa Clara son algunos de los más recordados. Hoy nos vamos a referir a la solicitud de ayuda, más bien, un grito silencioso de alguien que por 30 años animó los estadios cubanos con su habitual “mírala como viene, mírala como camina” refiriéndose a los distintos lanzamientos de sus pitchers.
A través del facebook pudimos conocer la cruel realidad que vive Misifú, Roberto Jiménez Abreu, abandonado por las autoridades deportivas del país. En un post se recoge la petición de Misifú a antiguos compañeros de equipo “a ver si pueden comprarme una bicicleta para continuar mi labor de recoger materia prima”.
«Saludos a Jorge Luis Toca, Eduardo Paret, Dayán Viciedo, Yandy Díaz, Osmany García, Leonys Martín, Aledmys Díaz, a los hijos de Lourdes Gurriel y a los hijos de Víctor Mesa», dijo quien vivió innumerables horas al lado de los mencionados.
Desechado por las autoridades de su provincia y del deporte al que tantos buenos momentos brindó, Misifú es la muestra de muchos otros en situaciones similares. Avejentado, débil, con escasa alimentación, Roberto Jiménez clama por atención.
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