La Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, en la provincia de Matanzas, salió este jueves del sistema electroenergético nacional (SEN) para solucionar varios problemas técnicos, entre ellos, un sobreconsumo de agua.
El director general de la unidad con más de tres décadas de fundada, Rubén Campos Olmo, declaró a la prensa oficialista que, entre las labores, sobresalen el lavado de los calentadores de aire regenerativos y la inspección del llamado punto rojo y el interior de la caldera.
La instalación recibirá un mantenimiento corto previsto en 72 horas que pretende realizar trabajos en más de 20 válvulas y ejecutar pruebas hidráulica e hidroneumática, entre otras acciones correctivas cuya solución se enmarca en el plazo planificado, el cual pudiera variar de acuerdo a la complejidad de los defectos existentes, comentó el directivo.
De acuerdo con Campos, el propósito de las labore es dotar a la CTE Guiteras de mayor estabilidad de cara a los meses venideros, así como también mantener la potencia por encima de los 260 megawatts.
El reportero oficialista José Miguel Solís, de la emisora Radio Rebelde, explicó que durante los últimos días la central térmica se afectó por un alto consumo de agua que llegó a sobrepasar los 40 y hasta 50 metros cúbicos por hora.
En el país actualmente no existen otras unidades fuera del SEN por averías, sostuvo el director técnico de la Unión Eléctrica (UNE), Lázaro Guerra Hernández. El directivo resaltó que hubo grandes mejorías en la reducción del déficit para los meses de verano en comparación con el año anterior.
En abril, un cubano falleció a consecuencia de un derrumbe en el interior de la chimenea de la Termoeléctrica Antonio Guiteras, donde cuatro trabajadores quedaron sepultados entre los escombros.
El accidente se produjo cuando se desplomó una pared divisoria del interior de la chimenea, de aproximadamente siete metros de altura, mientras se efectuaban labores de limpieza y mantenimiento en la parte inferior de la estructura.
"Era como estar enterrado vivo. Todo fue tan rápido que ni siquiera lo puedo explicar. No hay forma de explicar cómo se siente. Logré gritar, pero cuando lo hacía me quedaba sin aire. Hubo un segundo desplome cuando intentaban sacarnos", dijo uno de los trabajadores.
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