Julio Antonio Fernández Estrada, profesor titular, licenciado en Derecho e Historia y Doctor en Ciencias Jurídicas es un intelectual cubano con un pensamiento claro de lo que está viviendo el pueblo cubano. He aquí alguno de esos pensamientos.
“Yo creo que volvemos a lo que hemos dicho nosotros mismos miles de veces. El estado de la política en Cuba es tan mendicante que cualquier verdad elemental que se exprese con un poco de sinceridad parece la verdad del siglo. La censura y la uniformidad de pensamiento ha sido tanta que toda sencilla verdad parece una victoria hacia el pasado y proyectada hacia el futuro.
"La política cubana hoy saldría fortalecida con un discurso iluminista, porque la noción ilustrada de libertad, igualdad y fraternidad, en su momento más radical, es necesaria en Cuba. Estamos necesitados de ciudadanía, de formas de representación incompletas, de políticas contra la pobreza.
"Y así podemos decir lo mismo sobre aspiraciones originales de los que pensaron que podíamos ser nación. También nos sirve el XIX y claro que el XX . Lo que no parece servir más es la muela totalitaria que ha dejado al país sin caña y sin socialismo y sin pluralismo político. Estamos entregados al capitalismo subdesarrollado, cumpliendo el sueño de los peores halcones norteamericanos y traicionados por la soberbia de los que creyeron que la revolución en Cuba tenía dueños y la felicidad de los cubanos y cubanas, también.”
Muchas veces se ha dicho que si la intelectualidad no se involucra en los procesos sociales, los cambios no suceden, al menos como deberían. El reciente Congreso de la UNEAC solo evidenció servilismo y una centralización de lo que puede o no hacerse a conveniencia de la dictadura: libertad de pensamiento ausente; corrientes ajenas al partido, ausentes. Por suerte, hay una intelectualidad latente, no sumisa, y aunque la encarcelen, su aliento se dispersa y toca muchos corazones.
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