El informe emitido por la Unión Eléctrica (UNE) para este miércoles 25 de junio anticipa una jornada marcada por fuertes afectaciones al servicio eléctrico en todo el país. La situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) continúa siendo crítica, con una notable diferencia entre la disponibilidad energética y la demanda proyectada.
A las 7:00 a.m., la disponibilidad de generación era de solo 1810 MW, frente a una demanda ya elevada de 3000 MW. Esto generó un déficit inmediato de 1213 MW. La UNE estima que para el horario del mediodía, la afectación alcanzará los 1150 MW, mientras que durante el horario pico nocturno podría subir hasta los 1729 MW, si se mantiene la proyección de una demanda máxima de 3500 MW. La disponibilidad para ese momento se calcula en apenas 1841 MW, lo que implicaría un déficit de 1659 MW.
El panorama es aún más preocupante si se consideran las causas del deterioro en la capacidad de generación. Actualmente, varias unidades de las principales termoeléctricas están fuera de servicio por averías o mantenimiento. Entre las unidades averiadas se encuentran la unidad 3 de la CTE Cienfuegos y la unidad 2 de la CTE Felton. Además, están en mantenimiento las unidades 2 y 3 de la CTE Santa Cruz, la unidad 4 de Cienfuegos, la unidad 5 de Nuevitas y la unidad 5 de Renté.
Las limitaciones térmicas también contribuyen significativamente al déficit, con 289 MW fuera de servicio por esta causa. A esto se suma la falta de combustible, que impide el funcionamiento de 43 centrales de generación distribuida, lo cual representa 283 MW menos, además de otros 97 MW por la falta de aceite. En total, 380 MW se encuentran inactivos por problemas vinculados al suministro energético.
Para mitigar el impacto durante el pico nocturno, se prevé la incorporación de la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, con una potencia estimada de 65 MW, junto a la entrada de motores de Generación Distribuida que aportarían otros 73 MW. Aún así, la disponibilidad total alcanzaría solo 2558 MW, cifra insuficiente frente a la demanda esperada.
La situación evidencia una crisis estructural del sistema eléctrico cubano, marcada por una infraestructura deteriorada, carencias de mantenimiento sostenido y dificultades crecientes en el abastecimiento de combustible, factores que limitan severamente la estabilidad del servicio.
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