La angustia se apodera de una familia cubana que busca desesperadamente a Ana, una mujer de 80 años con una enfermedad nerviosa, reportada como desaparecida en los últimos días. Su caso fue compartido por su familiar Yenei Suárez, quien acudió a Periódico Cubano con la esperanza de que la difusión de la noticia ayude a localizarla.
Ana fue vista por última vez vestida con un pantalón negro y una blusa amarilla de manga corta. Según sus allegados, sufre una condición mental que la hace especialmente vulnerable. “Nos preocupa profundamente que, por su enfermedad, no sea capaz de pedir ayuda o regresar a casa por sí sola”, explicó Suárez.
La familia ha difundido su fotografía en redes sociales y ha habilitado el número 54 29 13 24 para recibir cualquier información que conduzca a su paradero.
Este caso no es aislado. En La Habana, Noemí Salazar León, de 61 años y diagnosticada con esquizofrenia, desapareció el pasado 4 de mayo tras salir a visitar a una amiga. Su hermano, Lino Salazar, explicó que la mujer llevaba sandalias blancas, un monopantalón oscuro y una cartera con sus documentos. Desde entonces, no se ha sabido nada más. Cualquier información puede compartirse a través de los números +53 5 2939303 o +53 5 6044107.
“La desaparición de personas con trastornos mentales o enfermedades neurodegenerativas se ha vuelto alarmantemente común en Cuba”, afirman activistas en redes sociales. Uno de los factores que agrava esta situación es la lenta respuesta de las autoridades y la falta de protocolos eficaces para localizar a personas vulnerables.
Un ejemplo de esta negligencia es el caso de Miguel Sosa Márquez, un anciano de 78 años con Alzheimer, desaparecido desde noviembre de 2024. Su nieta Melisa continúa la búsqueda a través de publicaciones digitales, reflejando el dolor de muchas familias que no cuentan con apoyo institucional.
La ciudadanía ha demostrado gran solidaridad, pero los familiares exigen más compromiso estatal ante esta crisis silenciosa.