Muchas veces, en épocas como éstas, Cuba ha atravesado difíciles situaciones pero como en esta ocasión, creemos que ninguna. Es tan oprobiosa la situación que, sencillamente, nadie ve una salida. No son solo los choferes de carros y motos particulares los que se quejan de las extensas colas. Los taxistas señalan que han permanecido al pie de las gasolineras hasta 24 horas.
No es difícil que se repita esta invitación: "En Lagueruela, la Víbora ¡hay gasolina!, pero lleven desayuno, almuerzo y comida". Por ahí saquen la cuenta de las horas, interminables horas que hay que invertir en lograr echar el combustible.
La escasez de combustible en Cuba no sólo se nota en la intermitencia y constancia de los apagones sino también en la longitud de las colas en las gasolineras, que duran hasta dos y tres días, como las de Infanta y San Rafael y las de Bacuranao, ambas en La Habana.
Las filas se extienden a lo largo de varias calles, incluso en las estaciones de servicio donde no hay combustible desde hace días. Aunque normalmente La Habana tiene poco tráfico debido a la dificultad de importar y mantener automóviles, muchas de las principales vías están aún más vacías de lo esperado. Durante las últimas semanas, en gran parte de la Isla parecía haber más autos estacionados en las filas de las gasolineras que circulando por las calles. Es el reflejo de una sociedad en decadencia.
A pie de calle, entre los choferes, la pregunta más repetida es en qué garaje hay gasolina. Tan mala está la cosa, que la prensa oficialista se está empeñando a fondo en pregonar la llegada de barcos con combustible, como el que arribó a primeros de mes y que permitirá que los aeropuertos cubanos funcionen con normalidad al menos en diciembre y en enero tras la alerta lanzada por las aerolíneas que mueven, sobre todo, viajeros rusos.
Ante esta crisis, el servicio de microbuses Gazelles -conocidos como las “gacelas”- en La Habana, compuesto por 435 vehículos en 23 rutas, enfrenta serias dificultades, pues actualmente solo entre 225 y 228 están operativos, lo que representa cerca del 60 por ciento de la flota.
En un grupo de Facebook dedicado expresamente a divulgar dónde hay gasolina en La Habana, los internautas han dejado constancia de disponibilidad de combustible en Mazorra y en el Acapulco, en la avenida 26, de Nuevo Vedado, donde hay "una cola infernal". También hay combustible en Lagueruela (Víbora), pero advierten a los conductores de que hay que llevar desayuno, almuerzo y comida.
Asimismo han visto la pipa descargando en Infanta y San Rafael, donde el internauta Ciro Iglesias Pérez asegura que ayer llevaba dos días durmiendo dentro de su carro. En medio de la espera escribió: "Es increíble que nadie de Cupet sepa cuándo va a entrar el combustible. Me pregunto por qué no se da información sobre cuándo va a entrar la gasolina. Considero eso una falta de respeto al pueblo que tantos problemas y dificultades tiene. Aquí hay mujeres haciendo cola sin moverse. Hay frío y nadie sabe cuándo va a entrar el combustible", se quejó en Facebook.
Pero el problema no es solo que haya que hacer cola sino que, además hay que pagar altos precios. El pasado domingo 9 de diciembre, un activista denunció en redes sociales que el precio de la gasolina se ha elevado en el mercado informal, alcanzando cifras exorbitantes, hasta los 700 CUP por litro y todo apunta a que seguirá escalando hasta situarse en los mil pesos por litro, como ocurrió durante el apagón masivo de octubre.
En todo caso, hay alertas en grupos de Facebook para no comprar gasolina a los revendedores porque "hay donde quiera", señaló una internauta que dice llamarse Talía Rodríguez y que se llevó un desmentido generalizado de sus seguidores. "En qué Cupet, porque yo llevo tres días buscando y es un caos"; "Dónde queda ese Cupet?, ¿Donde en el de los barrigones?", dijo otro en alusión a los dirigentes del Partido Comunista de Cuba. "En Corral Falso, Guanabacoa, hace cuatro días que no entra", le reprochó otro afectado por la escasez.
El gobierno culpa a las sanciones económicas de Estados Unidos por la escasez, pero también ha admitido en los medios de comunicación estatales que los países que usualmente suministran petróleo a la Isla no han enviado el combustible prometido.
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