El exembajador estadounidense Víctor Manuel Rocha, de 73 años, se enfrenta a una seria acusación por actuar como agente encubierto del gobierno cubano durante más de 40 años.
Su comparecencia en una corte federal de Miami ha destapado uno de los casos de infiltración más extensos en la historia del gobierno de EE. UU. por parte de un agente extranjero.
El fiscal general Merrick B. Garland emitió un comunicado distribuido por el Departamento de Justicia en el que destacó la gravedad del caso, afirmando que Rocha está acusado de cometer múltiples crímenes federales al actuar secretamente como agente del gobierno de Cuba.
Los cargos presentados alegan que Rocha, ciudadano estadounidense, ocultó su verdadera lealtad al apoyar encubiertamente las operaciones de inteligencia de Cuba contra los Estados Unidos desde alrededor de 1981 hasta la fecha actual.
Según el documento judicial, durante estas décadas, Rocha proporcionó asistencia clandestina a Cuba y a su misión de recolección de inteligencia, siendo agente encubierto de la Dirección General de Inteligencia.
Tras su paso por el Departamento de Estado, Rocha continuó presuntamente apoyando los servicios de inteligencia de Cuba. Entre 2006 y 2012, se desempeñó como asesor del jefe del Comando Sur de EE. UU., una posición que involucra a Cuba en sus responsabilidades.
El exfuncionario diplomático también ocupó cargos clave en distintas áreas de la administración estadounidense, incluyendo su papel como embajador de EE. UU. en Bolivia de 2000 a 2002, así como otros roles en el Consejo de Seguridad Nacional y en la Oficina de Intereses de EE. UU. en La Habana.