"Nos pasaron gato por liebre ¡Esto... que se lo coman los perros!", denunció este jueves el periodista oficialista Eliades Fernández Castellanos la venta de hamburguesas vencidas.

"No tengo certeza alguna de quienes comercializaban el producto. Por la cantidad de cajas que tenían para vender y la libertad con que lo hacían, parecían dependientes de las tiendas en MLC", dijo Fernández, quien trabaja en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) en Santiago de Cuba.

"Llegué al lugar en calidad de consumidor y no de periodista y sí, me asombró no ver mucha cola, me asombró la tranquilidad... el que tanta gente pudiera adquirir hamburguesas en moneda nacional".

"Si la fecha señalada no me engaña, este producto (hamburguesas), que hoy se vendía a 35 pesos la unidad en una de las arterias principales de La Maya tiene un año de vencido".

"Con razón, muchos de los que la adquirimos y llegamos a casa deseosos de llevarla a la mesa para acompañar el almuerzo, comprobamos, al echarla en la sartén el grado de descomposición que tienen. Apestaba, tan fuerte que hasta los vecinos sintieron curiosidad y preguntaron".

"Haciendo un esfuerzo, según me comentan otros de los que compraron, intentaron llevarla a la boca y además de peste, también aparece un sabor agrio, ácido, indescriptible pero en fin, no idóneo para el consumo humano".

"Pido respeto al cliente, al pueblo. ¿Acaso no se tiene una idea de las consecuencias que puede traer a un ser humano ingerir un alimento descompuesto?", cuestionó Fernández cuestionó Fernández con dos fotos de las hamburguesas.

Según el fabricante, la hamburguesa chilena dura 12 meses a -18°C a partir de la fecha de elaboración impresa en el envase: 11 de enero de 2022.

"Tengo en casa. Es horrible. No sé si dárselo a mis gatas. Es que se acostumbraron a eso. A que no pasa nada. A que si lo haces público coqueteas con el enemigo. Y así vamos. Sobreviviendo. Pa' mí que ya lo hacen pa' encender. No le veo otra vuelta. No puede ser que tengan tan mala entraña. Si uno gana pa' cuatro pomos de aceite y luego te venden cosas podridas. Las (gatas) de aquí no se las comieron. Eso huele a cadáver putrefacto. Es un asco, bróder", contó un cubano.

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