Periodista oficialista sobre las personas sin hogar en Cuba: “La indiferencia puede matar”

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 27 de enero de 2023

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"Sucio, desarrapado, barbudo, el hombre se apostó al lado de la ventanilla delantera de la camioneta, metió una mano huesuda que reveló gruesas uñas ennegrecidas y, más con los ojos que con la voz, suplicó: 'Ayúdame con algo, ayúdame'", contó este jueves la periodista oficialista Liudmila Peña Herrera sobre un cubano deambulante.

"Lo miraron, lo miramos, nadie habló. No sé qué pasará por la mente o el sentimiento de las personas cuando un ser humano se muestra en toda su vulnerabilidad, como desnudo, en plena calle, ante los ojos del mundo", señaló Peña en Facebook.

"'Un día lo van a matar si se sigue metiendo delante de los carros. Un día se va a joder él y va a embarcar a un chofer', pensé, pero no lo dije".

"Ninguno de los pasajeros despegamos los labios, aunque lo observábamos, como se miran los peces detrás de un cristal, con una barrera que divide a los que nadan de los que caminan, a los que pueden irse de un lugar de los que deben quedarse en la pecera. Tengo miedo de que, así como hemos terminado 'acostumbrándonos' a la basura desbordada en cada barrio, o a las vendutas de artículos revendidos en decenas de portales habaneros, nos habituemos a verles, como zombies, pidiendo dinero en cada esquina, en cada semáforo, como si fuera normal".

"He visto a varios sentados en las aceras de la calle Obispo, con sus santos y sus menudos, sin una pierna, o con las dos; con juventud o sin ella. A veces me ha quedado la duda de si pagarán una promesa, si en realidad estarán más o menos enfermos de lo que aparentan, si tendrán capacidad o no para trabajar".

"Qué difícil cuando tu hijo pregunta por qué, mamá, por qué piden. ¿Qué son ellos, mamá? ¿No tienen familia? A veces me he notado demasiado floja ante tal desamparo, y otras he sentido vergüenza de lo endurecido que puede ponerse el corazón de una persona para protegerse a sí mismo".

El semáforo cambió la luz y el conductor se dispuso a seguir rumbo al Vedado.

—Espérate, espérate —gritó la profesora sentada a mi lado, rebuscando en su monedero—. Alcánzale ahí, llámalo —pidió al muchacho que iba justo al lado de la ventanilla delantera—. Total, veinte pesos más o veinte pesos menos para mí no hacen la diferencia, pero a lo mejor a él le resuelven el día.

Mi profesora de locución de la Universidad de Oriente, no sabe cuántos sentimientos encontrados dejó rondándome el lunes de la semana pasada. Le dijeron que seguramente lo gastaría en un trago, que tenía cara de alcohólico, que para qué. No sé para qué le serviría al hombre aquel billete azul que no alcanza ni para un dulce de harina. Lo único que me queda claro es que la mujer que nos enseñó a no romper grupos fónicos y a pronunciar como se debe, no pudo quedarse impasible ante la súplica, y me recordó a Martí cuando escribió: 'Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca y en que nos tocó nacer…', recordó.

"No es posible ir por el mundo regalando veinte pesos a un lado u otro de los contenes de las aceras. Aunque quisiéramos, no podríamos. Pero el concepto martiano de la Patria con todos y para el bien de todos no debería dejarnos mirar con indiferencia al desvalido, al necesitado, al que sufre. La indiferencia puede matar, lenta o instantáneamente, a un ciudadano y también a un país".

"La vulnerabilidad no está solo en las manos, en la ropa o los ojos de un deambulante, un alcohólico o un enfermo mental que camina en medio de una fila de autos en una avenida de La Habana. Y la indiferencia, la dureza, la insensibilidad no anida solamente en quien no saca un billete para 'arreglarles el día'. Hay tanto de una y de otras en nuestras comunidades, en las instituciones, en quien tiene el poder para reparar un mal, pero no le importa, o pasa de ello, porque no le afecta y porque no entiende que mañana podría ser él o ella quien necesite de un apoyo o un afecto para continuar".

"Lo he visto en las colas repletas de ancianos; en las guaguas donde la gente se empuja, se ofende, se amenaza, donde, si te descuidas, también te roban; en las paradas repletas de gente agobiada con tantas preocupaciones, por donde pasan, raudos, decenas de carros estatales que no paran". "Hoy no sé qué sector, qué lugar, qué escapa a ese estado de cosas en el que pareciera que lo único importante es sobrevivir. La economía en crisis, dirán. Y si, suponiendo, que la culpa fuera de la economía y de la inflación, ¿qué hacemos con la humanidad, que debería ser la esencia de la Patria?"

"El profesor universitario Fabio Fernández lo decía hace unos días en la Mesa Redonda con una claridad que estremeció a quienes no ven bien de lejos: '(…) ese patriotismo está impugnado por la profunda crisis que ahora mismo marca la realidad del país, porque el patriotismo no podemos conectarlo exclusivamente a la idea de la resistencia heroica (…) la Patria también es construcción de futuro'".

"Y el futuro se gana o se pierde en el día a día, golpeado hoy por los precios exorbitantes que estamos obligados a pagar, si podemos, por un paquete de pan, por una confitura tres veces por encima de lo que vale en el mundo (tanto en cafeterías particulares como en tiendas estatales)".

"Lo sufrimos en la mala cara que nos pone alguien cuando solicitamos un servicio por el que le pagan un salario básico que ronda los 5000 pesos; lo escuchamos en las frases de jóvenes que no quieren parir porque 'traer hijos a pasar trabajo no es ser responsable'. Esa es la crisis y, sobre esos cimientos, ¿qué es el futuro? No pensemos que, porque tenemos escuelas, tenemos hospitales, tenemos la tierra… no es preciso seguir cuestionándonos cómo arrancar de raíz lo que se hace mal".

"De niña, relacionaba el 'Patria es humanidad' con esa idea grandiosa de que estamos conectados con el mundo y nada que se vincule con sus habitantes nos debería ser ajeno. Qué hermoso pensar en el bienestar y los derechos universales de la gente en cualquier parte de este planeta. Pero hay algo mayor que, sin alejarnos de esa vocación solidaria, debe ocuparnos ahora mismo: la calidad de vida de la población, la felicidad, la posibilidad de desarrollo y, sobre todo, la necesidad de escardar de nuestro camino todo lo que nos aparte, como describiera el poeta holguinero Delfín Pratts, de ese lugar sereno, del recobrado y dulce lugar llamado humanidad", concluyó en Facebook.


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