El director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, informó que los especialistas pasaron de 966, un primer acuerdo con la administración de Miguel Díaz-Canel, a 3 mil 101 doctores, a este mes de septiembre.

Durante la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el último “Martes de la Salud” del sexenio, el funcionario detalló que los médicos de 35 distintas especialidades enviados por la Isla fueron asignados a clínicas del IMSS-Bienestar en 24 estados y un total de 329 municipios.

“Se hizo el convenio con el gobierno de Cuba, con los servicios médicos de Cuba, una organización que lleva más de 20 años trabajando en diferentes países del mundo, el 22 de julio de 2022 se inició con un primer convenio y posteriormente estuvimos también allá con el presidente Díaz-Canel para firmar un segundo acuerdo”, explicó.

“Con estos pasamos de 869 médicas y médicos especialistas cubanos a un total de 3 mil 101 médicos que están ya laborando en 23 estados en donde está el IMSS-Bienestar”, señaló, al presentar una cifra distinta a la de la tabla de su exposición.

Robledo enfatizó que han llegado brigadas con internistas, pediatras, cirujanos, urgenciólogos, ginecólogos, anestesiólogos, pero también oftalmólogos, nefrólogos, geriatras, reumatólogos, psiquiatras, cardiólogos, oncólogos y otorrinolaringólogos.

De esta manera, el gobierno cubano sigue priorizando el envío masivo de médicos al extranjero, en detrimento del sistema de salud nacional. Esta política ha agravado la ya crítica situación de la atención médica en Cuba, donde acceder a un especialista se hace cada vez más difícil para la población y a ello se suma la escasez crónica de medicamentos, el uso de equipamientos médicos obsoletos y el deterioro de las infraestructuras hospitalarias, que afectan gravemente la calidad de vida de los cubanos.

Irónicamente, mientras la población sufre la falta de atención médica adecuada, el régimen utiliza a sus mejores profesionales en misiones internacionales bajo condiciones laborales precarias. Muchos de estos médicos son enviados a trabajar en el extranjero con salarios mínimos, mientras el gobierno se queda con la mayor parte de las ganancias que generan. Esta forma de explotación laboral disfraza un negocio lucrativo para el Estado, a costa del bienestar de los propios médicos y del sistema de salud cubano, que queda desprovisto de los recursos humanos y materiales necesarios para atender a su propia gente.

(Con información de "Luces del Siglo")

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